Hans Rojas escucha casi diariamente la voz de su pequeña hija al otro lado del auricular. Él es uno de los 341 internos del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Los Andes que puede utilizar los teléfonos públicos instalados en la unidad penitenciaria a mediados del mes de octubre.
En total son seis los aparatos que se encuentran funcionando en distintos puntos del establecimiento penitenciario y a los que puede acceder tanto la población masculina (281) como femenina (60).
Esta innovación, afirma el jefe de CCP, comandante Cristian Farías, ha permitido que los privados de libertad puedan fortalecer sus lazos familiares y ha conllevado a que se registre una disminución en la incautación de teléfonos celulares.
“Cuando el interno se comunica al exterior sale una grabación donde se señala que se están tratando de comunicar desde el CCP de Los Andes y es la persona quien acepta o no el llamado. Desde el punto de visa de la seguridad ha permitido disminuir notoriamente el ingreso de celulares”.
A sus 28 años Hans cumple una condena que le impide esta junto a su hija menor de edad. Sin duda la imposibilidad de estar todos los días junto a ella ha sido una de las situaciones más difíciles de estar privado de libertad. Sin embargo, esta distancia se ha visto mermada gracias a los nuevos teléfonos.
“Es algo bien necesario para la cárcel. Hoy en día estoy en contacto con ella casi todos los días, para su cumpleaños, para sus fechas importantes. Todos los días me voy enterando de sus notas en el colegio. (Ella) se pone contenta y el apego es mejor. Igual uno se va perdiendo ciertos momentos importantes de ellos y con esto los va recuperando”.
Al igual que la unidad andina, el CCP de San Antonio también cuenta con este medio de comunicación que ha sido muy bien recibido por la población penal.