«Oye el público bueno que vino hoy día yo pensé que se iban a ir», dice eufórico Luis Jara mientras sus ocho bailarinas en traje brillante, lo acompañan en la coreografía de ‘Cerca’.
«Tan cerca de tus besos…uhh ohh», coreaba una Quinta Vergara que decidió esperar el show de Jara, el cual comenzó pasadas las 2 de la mañana en compañía de una banda con más de 20 integrante y un completo cuerpo de baile que desplegó de inmediato sobre el escenario.
El también animador de Mega demostró sus años de oficio cuando decidió continuar de inmediato con la balada «No sé olvidarte». Una que el Monstruo cantó emocionada junto a Jara.
«Hace 30 años pisé por primera vez este escenario, con solo 20 años de edad y mucha ilusión», dijo emocionado el cantante, «Gracias por dejarme vivir esta noche».
Jara se sentía en casa. Se dio licencias como cantar en inglés, dirigir al público diciéndoles que no utilicen las palmas e indicándole cuando deben gritar, bromeó con una foto de su pasado incitando al Monstruo a buscar ‘las siete diferencias’ e incluso se movió al son de su banda como si fuera una especie de Michael Bublé chileno y recién se alzara ante nuestros ojos.
El broche de oro
Hit tras hit Jara hizo cantar a todo pulmón a un público de diversas edades. ‘Quiero amanecerte lentamente’, ‘Qué no daría’ la cual le cantó a su señora, ‘Envidia’ o ‘Las cosas cambian’. El intérprete llegó hasta las lágrimas mientras el Monstruo pedía Gaviota para premiar su voz y trayectoria gritando «Se lo merece, se lo merece».
El final del viaje llegó de la mano de la primera canción que grabó Jara en su vida y la cual interpretó en su primera vez sobre el escenario de la Quinta. ‘Ámame’ fue coreada por un público que aguantó el frío para cantar junto al conductor de ‘Mucho gusto’ que no pudo contener el llanto.
El broche lo puso el mismo Luis Jara cuando se dio a sí mismo la Gaviota de Oro que pedía el Monstruo, la cual agradeció interpretando ‘Mañana’ y ‘Un golpe de suerte’ ; la cuota perfecta de emoción, baile y risas para cerrar una noche redonda en la Ciudad Jardín.
Por Macarena Carrasco.