- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
Entre tantos productos que abundan en clichés y son tan predecibles, da gusto ver comedias románticas tan frescas, joviales y simpáticas como «Ni en tus sueños», séptimo largometraje del director y guionista estadounidense Jonathan Levine, que confirma la positiva impresión que dejó en 2011 con «50/50», pero que había quedado un poco en duda hace dos años con «Viaje salvaje».
De partida, acá es fundamental lo bien que se desenvuelve, comparte escena y se siente creíble una pareja que en un principio podría haber sido muy dispareja: Charlize Theron y Seth Rogen, cómodos, simpáticos y carismáticos en sus roles. Entrecruzando una clásica historia de amor con toques muy contemporáneos y agudas e ingeniosas alusiones a la política internacional, la mediatización de la sociedad y el impacto de las redes sociales, el guion, dinámico, inteligente y bien desarrollado, no evita lugares comunes, pero siempre mantiene un excelente nivel y Levine lo despliega con una fluidez envidiable. Y aunque como es habitual en muchas de las comedias de Hollywood en las últimas dos décadas, no siempre hay sutilezas ni se esquivan las bromas de doble o triple sentido, el resultado es entrañable y ameno.
Otro estreno hollywoodense de la semana es la más reciente entrega de una verdadera franquicia iniciada hace dos décadas: «Hombres de negro: internacional». En 1997 el primer largometraje funcionó bien y fue un suceso, pero las secuelas no estuvieron a la altura; siete años después de la tercera parte, esta nueva producción tampoco acierta demasiado en esto, al menos en términos de creatividad, porque da la impresión de ser más de lo mismo y no se ven mayores innovaciones, a pesar del elenco renovado -eso sí, Chris Hemsworth y Tessa Thompson, que ya coincidían en «Thor: Ragnarok», tienen buena química- y un tierno y encantador personaje animado. El despliegue de efectos especiales, atractivas locaciones y escenas de acción cumple con lo esperado, pero es inevitable la sensación de déjà vu.
«La viuda»
Gracias a cintas como «Mona Lisa», «El juego de las lágrimas» (por la que ganó el Oscar al mejor guion original), «Entrevista con el vampiro» y la hermosa y memorable «El ocaso de un amor», el irlandés Neil Jordan fue uno de los realizadores y guionistas valiosos e interesantes de los años 80 y 90. Pero su filmografía posterior ha sido más irregular, y hace más de una década que no se estrenaba por estos lados una película suya. Por eso es una buena noticia cinéfila este nuevo filme, que si bien ha sido tratado por muchos críticos internacionales con tibieza e incluso rechazo, tiene unos cuantos atractivos: es un relato de suspenso perturbador y teñido ocasionalmente de humor negro, guiado con ritmo y con buenas actuaciones de su elenco encabezado por una Isabelle Huppert genial, divertida y desbordada. Es verdad que el argumento pierde bastante fuerza y coherencia en su último tramo, pero el conjunto entretiene y demuestra que a pesar del paso del tiempo, Jordan aún conserva su pulso narrativo.
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