Las fronteras se han abierto. Nos enfrentamos a nuevas oportunidades laborales para los extranjeros. Y que esto se transforme en un bien común para ellos, sus familias y la sociedad chilena. Pero hay un grave problema. Según el trabajo en terreno realizado por Publimetro, el extranjero que viene a trabajar, continúa sintiéndose menos que el chileno.
Es decir, el inmigrante piensa, o sabe, que al chileno que está en igualdad de condiciones o preparado de igual manera, va a tener prioridad para ser contratado en los trabajos. Esto se llama prejuicio, discriminación o díganle como quieran.
¿Hasta cuando?. Psicóloga venezolana trabajando en un local de comida rápida, no se desmerece trabajar en un local de comida rápida, sino que su capacidad no se puede ver reflejada en lo que sabe o en lo que se preparado tantos años en una sala de clases. Un trabajo profesional empañado por venir de otra parte.
Además, en su trabajo temporal también se sienten menos. “En Chile contratan antes a los chilenos que a nosotros, pero eso no hace que paremos de luchar”. La discriminación que vive no los perpleja, continúan en la búsqueda de una oportunidad suficiente para tener un trabajo, sea cual sea, que los mantenga en plenitud Y ese es su fin, estar en mejor posición de la que estaban en su país.
Y, a pesar de que el chileno vive con ese prejuicio, creen que tienen la suficiente fortaleza para no parar. Pero el problema es nuestro, o de los que practican esta actividad, que no recapacitan. Que no ven las ganas, el esfuerzo y la cuota de oportunidad que les brindarían a los que entran con esperanzadoras actitudes de superarse a sí mismos, o a sus familiares.
Hay que cambiar. Y eso es el fin de #GeneraciónIN, abrir una brecha de información e interacción con y para ellos. Con responsabilidad y conocimientos de la nueva sociedad que se construye en Chile.