Luego de realizarse ayer la primera audiencia en contra de Andrés «N», el feminicida serial confeso de Atizapán, por el asesinato de Reyna González (34), se conocieron nuevos detalles de otros seis crímenes cometidos por el hombre de 72 años.
Se trata de Flor Ninive, Rubicela, Norma, Berenice, Alyn y Gardenia, víctimas del asesino en la última década, y de quienes se conoció en la audiencia tras los propios testimonios entregados por el inculpado, quien en su declaración no informó de otras mujeres pese a que las pericias que están realizando los peritos mexicanos apuntan a que los restos óseos encontrados podrían sumar a más víctimas.
«Lo hecho hecho está, sólo quiero decir la verdad, ahí está el esposo (de Reyna), él vio todo», dijo Andrés «N» en la audiencia, quien sólo lloró cuando le dijeron que por los delitos cometidos no saldría de prisión, y se mantuvo inmutable al momento de relatar cómo mató y destazó una a una a sus víctimas.
En su testimonio dio los macabros detalles que lo llevaron a cometer los asesinatos, donde su principal motivación para acabar con sus vidas estaba en que todas ellas rechazaron ser parejas de él y que las elegía porque consideraba que eran bonitas. Por eso es que guardaba sus rostros intactos luego de cortar con cuidado sus caras y cuero cabelludo gracias al vasto conocimiento que tenía en este tipo de cortes por trabajar por años en una carnicería.
Su primera víctima fue Norma «N», a quien conoció en 2011 en el municipio de Tlalnepantla y que trabajaba en un bar llamado «El Barrigón». La segunda mujer asesinada por Andrés era Berenice Sánchez, joven de unos 20 años que trabajaba en el bar «El Marinero».
Según su relato, cortejó a otras dos mujeres, las que también lo rechazaron y a las que asesinó en una fecha que no ha podido ser determinada por la justicia. Se trata de Alyn y Gardenia, a quienes también conoció en «El Marinero».
Ya en 2016 conoció a Flor Ninive, una mesera que trabajaba en otro bar y quien pese a los regalos que el acusado le hacía, rechazó tener una relación sentimental. A ella, según la declaración, la asesinó en octubre ese año.
Por último, Rubicela, su sexta víctima, era una repartidora de una aplicación móvil, a quien secuestró y mató en 2019 cuando la vio recoger un pedido en un restaurante.