Con bastante preocupación la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) entregó hoy los resultados de una encuesta realizada a 104 mil museos de 87 países en el mundo, en los cuales se han registrado, desde el inicio de la pandemia de coronavirus, una disminución de un 70% de visitantes y con ello, una baja ostensible en sus ingresos.
En los resultados aportados por la Unesco se explica que los ingresos de los museos han sufrido una contracción de entre el 40% y 60%, poniendo con ello en peligro la continuidad de miles de estos centros culturales, una situación que la organización considera «alarmante», ya que todo eso dificulta el mantenimiento de los esfuerzos para conservar las colecciones, garantizar la seguridad de las mismas y fomentar las relaciones con las comunidades locales.
Según se informa en el documento «el 2020 los museos permanecieron de media cerrados durante 155 días y desde inicios de este año siguen con sus puertas cerradas a las visitas». Un problema que la Unesco ejemplificó en el caso del famoso museo de «El Louvre» de París, el más grande del mundo, que cerró durante el primer confinamiento y ahora está clausurado desde finales de octubre, lo que los ha obligando a poner en marcha varias iniciativas, como visitas virtuales y patrocinios con empresas para cubrir la caída de ingresos.
Frente a este escenario la Unesco propuso una serie de recomendaciones, en particular la de «aplicar una política de digitalización a gran escala para inventariar las colecciones» y tomar medidas de apoyo a la educación, la formación y la investigación.
«El lugar que reservamos a los museos en las políticas de recuperación de la pandemia dice mucho de los valores sociales que queremos defender», afirmó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
«En medio de la crisis no debemos perder de vista la importancia fundamental de garantizar el acceso a la cultura y conservar nuestro patrimonio común en toda su diversidad», prosiguió Azoulay, quien hizo un llamado a que los gobiernos cumplan con su «papel esencial» de apoyo a los museos con «una política cultural ambiciosa, no sólo para garantizar su supervivencia, sino para prepararlos para el futuro».