Para evitar la propagación del covid-19, muchos países en el mundo han adoptado medidas enfocadas a incentivar el distanciamiento físico y reducir la movilidad. Una de las más relevantes y drásticas ha sido la implementación de cuarentenas, las que en Chile comenzaron a operar desde marzo del año pasado.
Cada una de ellas, aplicadas en distintas escalas a lo largo del territorio nacional, han sido monitoreadas por el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), en conjunto con Entel Ocean. Este seguimiento ha permitido entender su adhesión e impacto mediante el procesamiento y análisis de la información de la infraestructura de telecomunicaciones de Entel, adecuadamente agregada y anonimizada. Los datos son masivos y muy granulares, a nivel de zona censal.
El último reporte en esta materia entregado por ambas entidades corresponde al análisis de marzo de este año, el cual identificó que la movilidad a nivel país se redujo aproximadamente la mitad de lo conseguido durante los primeros meses de pandemia durante 2020. Entre los resultados, destaca que comunas como Concepción, Osorno, Temuco y Valdivia bajaron su movilidad a cerca de -20%, mientras que el año pasado lo hicieron en -33%, -46%, -47% y -32%, respectivamente. En Valparaíso, en tanto, la cuarentena del mes pasado logró disminuir la movilidad a -16%, menos de la mitad del -33% alcanzado en su primer período de confinamiento.
Por otra parte, en la Región Metropolitana, Cerro Navia disminuyó su movilidad a -22% durante la primera semana de la cuarentena actual, cifra muy inferior al -30% que logró en el primer período de confinamiento. Una situación similar se aprecia en La Reina, donde el pasado mes de marzo se redujo la movilidad a -29%, en circunstancias que la primera cuarentena del 2020 lo hizo en alrededor de -50%.
Respecto a estos indicadores, Leonardo Basso, director del ISCI y profesor titular de la Universidad Chile, explica que “la movilidad de las cuarentenas actuales sigue el patrón que veníamos observando: efectos cada vez menores. El momento es complejo. Cuando la adhesión es baja, el efecto positivo en lo contagios demora, lo que a su vez extiende los períodos de cuarentena, lo que disminuye más la adhesión. Es un círculo vicioso que necesitamos quebrar urgentemente para darle respiro al sistema de salud y dar espacio a que el efecto de las vacunas se sienta más fuertemente. Debemos redoblar los esfuerzos individuales y colectivos para cuidarnos y cuidar a otros estando tan cerca de la meta de vacunación”.