«¡Juntos! Unidos como una banda de hermanos, verdaderos patriotas bajo una misma bandera, el ejército de mañana». Esa es una de las consignas que levanta «La Vanguardia», grupos de ultraderecha que, al igual que «Capitalismo Revolucionario», llama a defender «la patria» de quienes, a juicio de sus exponentes, la han destruido. Entre sus filas, nombres que se han tomado notas de prensa por la odiosidad que generan: Roberto Belmar y Sebastián Izquierdo.
Como manifiestan en redes sociales, quieren sumar a interesados al proyecto, para «recuperar» el territorio ante «delincuentes, comunistas, chavistas, terroristas de la CAM y la primera línea». Y no tienen problema en ejercer la violencia que se les viene en gana. De hecho, son varias las grabaciones que dan cuenta de los insultos, menosprecios, agresiones y vulneraciones que han cometido sus integrantes.
Están dispuestos a todo con tal de «recuperar el país de los políticos corruptos y farsantes que han impuesto desastrosas políticas de género y migración», así al menos lo aseguran abiertamente en sus publicaciones. Piden, asimismo, resistir ante el «imperialismo chino».
Bajo esa lógica, no han titubeado en ir contra las figuras que «amenazan» su ideario. El año pasado, por ejemplo, tanto Belmar como Izquierdo fueron formalizados por cinco delitos de lesiones y dos de amenazas, por su actuar en medio de una movilización en que hubo enfrentamientos entre quienes estaban por el Apruebo y los del Rechazo.
En ese entonces el tribunal desestimó dejarlos en prisión preventiva, a lo cual la Fiscalía Oriente apeló más tarde, por estimar que había riesgos. «Estamos en presencia de una agrupación que se organiza a efectos de acometer en contra de personas que piensan distinto. Se han provisto de elementos, han solicitado fondos, se han provisto de elementos precisamente para, frente a cualquier manifestación en contrario, hacer uso de aquello. Estimamos que en un estado democrático, no podemos permitir que bajo pretexto de ciertas ideas, se organicen grupos para causar lesiones», manifestó en agosto el persecutor de la Fiscalía Oriente, Álvaro Pérez.
Pese a esos argumentos, ambos imputados siguieron fieles a sus estilos, compartiendo sin tapujos sus opiniones en redes sociales. Luego, el grupo al que pertenecen hizo noticia por las amenazas y hostigamientos que afectaron a la fiscal Ximena Chong. Ocho integrantes de «La Vanguardia» fueron formalizados por el Ministerio Público y sólo uno quedó en prisión preventiva. En las labores investigativas, a los formalizados se les incautó nada más ni nada menos que una subametralladora UZI.
Y como si eso no les hubiera hecho ni cosquillas, simpatizantes e integrantes del «movimiento» prosiguieron con sus actuaciones. Belmar y compañía fueron grabados destruyendo un mosaico en honor al escritor y activista por la diversidad sexual Pedro Lemebel instalado en el centro de Santiago, y también robando un lienzo desde Londres 38 que conmemoraba al asesinado comunero mapuche Camilo Catrillanca.
No olvidar, además, que Belmar justificó el femicidio de María Isabel Pávez, quien fue asesinada por su Igor Yaroslav González. De hecho, al ser su amigo, dijo que no dudaría en ofrecerle «refugio» y que no le importa que la haya matado.