Con una admirable entereza, Nicolás Cisternas fue el joven que se convirtió en el vocero de la familia de Carolina Fuentes Bustos, cuyo cadáver apareció durate las últimas horas en el río Ñuble tras una búsqueda que se mantuvo por más de tres meses. El hijo de la mujer de 42 años cuya muerte se investiga estuvo siempre atento a las indagaciones policiales y fue el portavoz de las esperanzas familiares y de las novedades en torno a la investigación.
En esta jornada, a Nicolás le tocó la dramática tarea de acudir al Servicio Médico Legal de Chillán para ser sometido a un examen de ADN que, finalmente, permitió comprobar la identificación del cuerpo encontrado.
Sandra Lama, la directora regional del SML, explicó que se citó al hijo de Carolina para comprobar o descartar que se tratara de su madre. «Las huellas dactilográficas dan una identificación real y concreta. En este caso, dado el estado deplorable en el que fue encontrada la fallecida, fue imposible tomar nosotros las huellas», indicó Palma, quien precisó que el último paso fue realizar un examen de ADN con muestras del hijo de Carolina y el cuerpo hallado.
En ese contexto, el hijo había expresado su ansiedad por lograr una definición del caso: “Puede que sea mi mamá, puede que sea otra persona. Espero que den pronto la respuesta. Genera más incertidumbre no saber quién es”, afirmó poco antes de enterarse de confirmarse el dramático desenlace.
La larga desaparición de Carolina
Carolina Fuentes había desaparecido el pasado 25 de junio, luego de viajar desde Santiago a Ninhue para vender una camioneta heredada de su padre.
Una vez en Ninhue, decidió quedarse unos días en la localidad de Portezuelo en el domicilio de Ricardo Neira, una ex pareja, y quien fue la última persona en verla con vida, según señalan los cercanos a Carolina.