El Banco Central, a través del informe denominado «Cuentas Nacionales por Sector Institucional: Evolución del ahorro, la inversión y el financiamiento sectorial en el primer trimestre de 2020», informó este lunes 6 de julio que la deuda de los hogares chilenos se elevó a un máximo histórico de 75,4% de su ingreso disponible, equivalente al 50,3% del Producto Interno Bruto, PIB.
Se trata de un alza de 0,5 puntos porcentuales por sobre lo registrado al cierre del trimestre anterior, y se explica por el aumento de préstamos bancarios hipotecarios.
El informe también indicó que, en el primer trimestre del año 2020, cuando recién comenzaban de manera tímida las preocupaciones por la pandemia de coronavirus que explotaron con fuerza en el segundo trimetre, el ingreso disponible bruto de los hogares creció un 2,3% respecto del mismo período de 2019, principalmente por las rentas de la producción (salarios e ingreso mixto).
En sentido contrario, las rentas de la propiedad (retiro de utilidades e intereses, por ejemplo), las prestaciones sociales netas de cotizaciones y las transferencias corrientes tuvieron una incidencia negativa.
«En cuanto a su balance, los hogares registraron un deterioro de su riqueza financiera neta, medida como porcentaje del ingreso disponible, por el menor stock de los fondos de pensiones, acorde con el rendimiento negativo de las bolsas locales y externas en el período», agregó el Banco Central.
Respecto del crecimiento de la deuda de los hogares hasta el 75,4% del ingreso disponible, el economista y profesor de la Universidad Andrés Bello, Gustavo Marcos Escobar, señaló que “es poco probable que crezca más, dado que los bancos son reacios al riesgo. Pero no hay que dejar de lado el hecho de que un aumento de la relación deuda-PIB de los hogares aumenta el consumo y el crecimiento del PIB a corto plazo, pero tiende a reducir el crecimiento del PIB a largo plazo. Los efectos negativos a largo plazo sobre el consumo tienden a intensificarse a medida que la relación deuda-PIB de los hogares supera un umbral del 60%. Por otra parte, la reducción de la riqueza de los hogares depende muy fuertemente de los malos resultados de los fondos de pensiones, y entonces la exposición que tengan las AFP en el mercado financiero y su reacción afectarán la riqueza futura de los hogares”.
Para el abogado Pedro Eguiguren, socio de Eguiguren Abogados, “el endeudamiento en los hogares chilenos se mantiene en los márgenes históricos, lo que para tiempos de normalidad no resultaría extraño. Sin embargo, para la etapa que está pasando nuestro país, lo veo preocupante, ya que la economía está paralizada en muchos sectores y la tasa de desempleo va en aumento históricos, entre otros factores… En tiempo de normalidad, cada año existen nuevos récords en el endeudamiento en los hogares chilenos, lo que es normal para un país que crece. Pero insisto en que ahora hay una situación excepción, por la gran pandemia sanitaria por la que estamos pasando».
El experto agregó que «el mayor endeudamiento se ha dado por hipotecarios, lo que me parece bien, ya que es una inversión a futuro, pero hay que tener cuidado porque los respectivos dividendos hay que pagarlos, ya sea con ingresos personales fruto del trabajo de cada persona o bien dando en arriendo la propiedad hipotecada, si se trata de una inversión…. A mi juicio, la que dio el Banco Central no es una noticia negativa, aunque hay que ser responsable tanto desde el punto de vista de los consumidores como de las instituciones que otorgan los préstamos, junto a los órganos estatales que los fiscalizan o regulan”.
Y el ingeniero comercial Guillermo Figueroa, director de Chiledeudas.cl, añadió que “lamentablemente, debido a la pandemia de covid-19 la carga financiera de los hogares chilenos llega a esta cifra del 75,4% de sus ingresos en el primer trimestre de este año, número que creo va a superar el 80% a fines de 2020 debido a la crisis económica que trajo la situación sanitaria y a los nuevos créditos flexibles del Estado para la clase media. Este escenario impulsaría además la cantidad de morosos del país, que podrían llegar a ser nada menos que seis millones de personas”.