Una de cada 10 personas en Estados Unidos se ha quedado sin empleo en las últimas tres semanas debido a la pandemia de coronavirus, un hito sombrío que se alcanzó después de que en la última semana 6,6 millones de personas solicitaron seguro semanal por encontrarse en desempleo.
Se trata de la pérdida de empleos más extensa y rápida desde que se comenzaron a guardar registros en 1948. El mercado laboral se está desmoronando debido al cierre de negocios en todo el país. Más de 20 millones de estadounidenses podrían perder sus empleos este mes.
En total, en las últimas tres semanas, 16,8 millones de estadounidenses han solicitado el seguro por desempleo. La tasa de desocupación podría alcanzar 15% en abril.
Esta nación de consumidores y viajeros despreocupados está hoy confinada, lo que detuvo casi por completo a la economía. Según Morgan Stanley, el menudeo _sin incluir los comestibles_ se desplomó 97% en la última semana de marzo en comparación con 2019. Los usuarios de líneas aéreas han caído 95% y los ingresos hoteleros un 80% en comparación con el año pasado, según datos del sector.
Mientras, los economistas batallan para evaluar la duración y la gravedad del daño.
El Modelo de Presupuesto Penn Wharton, creado en la Facultad de Negocios de la Universidad de Pensilvania, proyecta que la economía estadounidense se contraerá 30% en el trimestre abril-junio, pese al paquete de ayuda por 2,2 billones de dólares autorizado por el gobierno, el programa de ayuda federal más grande en la historia del país. Una contracción económica de esa escala sería la mayor caída trimestral desde la Segunda Guerra Mundial.
Un aspecto clave del paquete de rescate es un programa de préstamos para pequeñas empresas por 350.000 millones de dólares destinado a prevenir despidos. Las pequeñas empresas pueden pedir prestado lo suficiente para cubrir la nómina y otros costos durante ocho semanas y los préstamos serán perdonados si las pequeñas empresas conservan o contratan nuevamente a su personal.
Ante el fuerte incremento de la demanda, muchas personas han expresado su frustración y desconcierto para tratar de solicitar el seguro de desempleo. Margaret Heath Carignan dijo que llamó a la oficina de desempleo en Maine, donde vive, 291 veces en el día, cuando las personas con los apellidos de la «A» a la «H» podían telefonear, pero nunca pudo hablar con alguien.