«Navegó» sólo desde septiembre de 2018 y finalmente tocó tierra, aunque no en el puerto que tenía establecido en su ruta. Así finalmente se resolvió el misterio del barco «fantasma» que perdió su rumbo después de una tormenta cuando todavía estaba tripulado y navegaba desde Grecia hacia a Haití.
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Y la nave apodada Alta finalmente terminó su viaje como «barco fantasma» en el pueblo pesquero de Ballycotton, en el condado irlandés de Cork, tras recorrer gran parte de Europa en medio de un temporal de invierno.
La llegada del buque generó curiosidad en los habitantes de la zona, pero más en los medios internacionales que intentaban resolver el recorrido que había seguido, tras desplazarse por miles de kilómetro por más de un año.
Rescue 117 was tasked earlier today to a vessel aground near Ballycotton, Cork. There was nobody on board. Previously the @USCG had rescued the 10 crew members from the vessel back in September 2018. The vessel has been drifting since and today came ashore on the Cork coastline. pic.twitter.com/NbvlZ89KSY
— Irish Coast Guard (@IrishCoastGuard) February 16, 2020
Finalmente, tal como cita BBC Mundo, se pudo establecer que el barco «navegó» solo desde Bermudas, donde había sido visto hace un año, hasta Irlanda, a través del océano Atlántico.
«Este es un caso de uno en un millón», dijo el jefe local de botes salvavidas de la localidad, John Tattan, tratando de una explicación al épico viaje.
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Por su parte, el jefe de la Royal National Lifeboat Institution (RNLI) de Ballycotton manifestó a los medios locales que «nunca antes había visto algo así».
Y la tripulación
Tras descubrir de donde provenía la embarcación, se pudo dilucidar también que sucedió con la tripulación.
Según los registros Alta tuvo numerosos propietarios y nombres y mientras viajaba sin rumbo fue visto por última vez en septiembre de 2019, por un barco de la Marina Real británica.
Se sabe que por problemas no identificados se produjo un corte de la energía quedando por 20 días a la deriva con su tripulación a bordo cuando fueron detectados a unos 2.100 kilómetros por la Guardia Costera de Estados Unidos los que tras arrojarles comida y agua decidieron rescatarlos finalmente, para llevarlos a Puerto Rico, debido a que se acercaba un huracán.