El líder de la Guardia Revolucionaria Iraní amenazó el martes con “prender fuego” a lugares con apoyo de Estados Unidos como represalia por el asesinato de un importante general iraní en un ataque aéreo estadounidense la semana pasada, provocando gritos entre la multitud de “¡Muerte a Israel!”.
Hossein Salami hizo esas declaraciones ante miles de personas reunidas en la plaza central de Kerman, localidad natal del general Qassem Soleimani. Su promesa se hacía eco de las exigencias de otros altos cargos iraníes, incluido el líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, así como de los dolientes en todo el país, que han clamado venganza contra Estados Unidos tras un ataque que disparó las tensiones en Oriente Medio.
Horas más tarde, 35 personas murieron y 48 resultaron heridas en una estampida durante el cortejo fúnebre en Kerman, según la televisora estatal iraní.
La procesión del día anterior en Teherán reunió en torno a un millón de personas, abarrotando las dos principales avenidas de la capital y las calles aledañas en una muestra de duelo sin precedentes en el país.
El líder supremo iraní acudió el lunes a expresar su dolor sobre el ataúd de Soleimani en Teherán antes de que los restos del general y los otros fallecidos en el ataque fueran trasladados a la ciudad sagrada de Qom, donde también se congregó una gran multitud.
Se trata de una serie de homenajes sin precedentes en el país para un hombre al que los iraníes consideraban un héroe nacional por su labor en la Fuerza Quds, el cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria.
Estados Unidos acusaba a Soleimani de la muerte de soldados estadounidenses en Irak y le acusó de planear nuevos ataques justo antes de su muerte el viernes en un ataque de dron en el aeropuerto de Bagdad. Soleimani también lideró tropas en la larga guerra en Siria en apoyo del presidente, Bashar Assad, y era el contacto de Damasco con grupos aliados de Irán en países como Irak, Líbano y Yemen.
Su asesinato ya llevó a Teherán a abandonar las restricciones que aún quedaban del acuerdo nuclear de 2015 firmado con potencias extranjeras. El sucesor de Soleimani y otras personas destacadas prometieron venganza. En Bagdad, el parlamento pidió la expulsión de todas las tropas estadounidenses de territorio iraquí, algo que los analistas temen podría permitir un resurgir del grupo extremista Estado Islámico.
Los restos de Soleimani y de los demás fallecidos en el ataque aéreo fueron instalados en una plaza en el centro de Kerman, una ciudad en el desierto rodeada por montañas, y que ya existía en los tiempos de la Ruta de la Seda. El general sería enterrado allí el martes.
Salami elogió las hazañas de Soleimani y dijo que como mártir, suponía una amenaza aún mayor para los enemigos de Irán.
“Nos vengaremos. Prenderemos fuego a los lugares que les gustan”, dijo Salami, provocando coros de “¡Muerte a Israel!”.
Israel es un viejo enemigo regional de Irán.
Según un reporte el martes de la agencia semioficial de noticias Tasnim, Irán ha elaborado hasta 13 planes distintos para tomar represalias por el asesinato de Soleimani. El reporte citó a Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, afirmando que incluso el más suave de los planes supondría una “pesadilla histórica” para Estados Unidos. Declinó dar más detalles.
“Si las tropas estadounidenses no dejan nuestra región erguidas y de forma voluntaria, haremos algo para sacar sus cuerpos en horizontal”, dijo Shamkhani.
El Parlamento iraní, por su parte, aprobó una ley urgente declarando “terroristas” al mando militar estadounidense en Washington y a los que actúan en su nombre, para designarlos como sujetos a sanciones iraníes. La medida parecía responder a la decisión que tomó en abril el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de declarar como “organización terrorista” a la Guardia Revolucionaria Iraní.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos aprovechó la designación de la Guardia como grupo terrorista en Estados Unidos para respaldar el ataque que mató a Soleimani.
Por otro lado, el ministro iraní de Exteriores afirmó el martes que Estados Unidos había declinado concederle una visa para asistir a las reuniones de Naciones Unidas en Nueva York. Como anfitrión de la sede de la ONU, se supone que Estados Unidos debe permitir que mandatarios extranjeros asistan a esa clase de reuniones.
“Temen que alguien vaya a Estados Unidos y revele realidades”, afirmó en Teherán el ministro, Mohammad Javad Zarif. “El mundo no se limita a Nueva York y se puede hablar al pueblo estadounidense desde Teherán, y eso haremos”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no respondió en un primer momento a una petición de comentarios.