No es que esté mintiendo, pero sí llama la atención. El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, expresó su preocupación por los derecho humanos, pero desde su vereda de acción.
El líder del gremio empresarial apuntó que la violencia que no se ha logrado controlar, puede afectar de manera grave la economía del país. «El daño es muy grande y lo que más nos preocupa es que si no controlamos la violencia, vamos a tener daños económicos aún más profundos», advirtió en una entrevista con Tele13 Radio.
En esa línea, comentó que «la semana pasada nos hablaban de 6.800 pymes afectada y me junté esta semana con el vicepresidente de Corfo y claramente esos números se van a elevar a 10 mil, es una brutalidad».
En esa línea, se refirió a cómo est puede afectar en materia de empleo e insistió en que «lo importante es que erradiquemos la violencia, porque en la medida que sigamos con la violencia, se seguirán destruyendo puestos de trabajo. Ayer se destruyó un mall (en Quilicura) y nadie se ha preguntado cuántos puestos de trabajo habían ahí», dijo.
Fue así cuando expresó que algo se olvidaba. «Hemos hablado mucho de derechos humanos, pero se nos olvida que el año 1949, en la declaración de Naciones Unidas de DD.HH., hay un derecho humano fundamental que está en el Artículo 22, que es el Derecho al Trabajo», sostuvo Swett. En esa línea, afirmó que «cuando se destruye un supermercado, cuando se destruye un mall, se está destruyendo un derecho humano, el del trabajo».
Pese a que tiene razón, el líder empresarial se equivoca de artículo, porque al que hace alusión es el 23, que es un punto Nº1 dice: «Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo».
¿Qué dice el artículo 22? «Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad«. Interesante reflexionar si, dado el estallido social, esto se cumple en Chile.
