Los incendios en Australia están fuera de control y se acercan peligrosamente a Sídney, la ciudad más poblada del país. Lo peor es que los pronósticos indican que todo puede empeorar dado que el verano está a la vuelta de la esquina.
Al menos tres personas han muerto, más de cien han resultado heridos, entre ellos unos 20 bomberos, y más de 150 casas ya se han quemado desde el viernes. Existen incendios activos en Australia Occidental, del sur y norte.
Las autoridades de Nueva Gales del Sur, donde existen más de la mitad de los 78 focos de incendios sin control, decretaron un estado de emergencia de una semana. Esto le da al Servicio Rural de Bomberos amplios poderes para manejar recursos y coordinar a otras agencias gubernamentales para combatir incendios.
Por su parte, los cambios imprevisibles de los vientos prometen empeorar los 50 siniestros activos en el vecino estado de Queenseland.
Sídney, por su parte, ya comienza a sentir una bruma humeante «peligrosa». Las autoridades sanitarias recomendaron a las personas con problemas respiratorios a permanecer en el interior.
El poblado de Johns River, a unos 275 kilómetros al norte de Sídney, y el barrio de South Turramurra, a 14 kilómetro al norte de la ciudad, ya tienen varios focos activos.
«Esto solo empeorará durante toda la tarde a medida que las condiciones climáticas continúen deteriorándose, y particularmente esos fuertes vientos se fortalecen», indicó el comisionado del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons.
Hay tres mil bomberos disponibles para combatir más de 50 incendios que arden en el estado de Nueva Gales, dijo Fitzsimmons. Se prevé que el fuego aumente, ya que los vientos alcanzarían velocidades de entre 70 y 90 km/h horas más tarde el martes y la temperatura puede llegar a los 37 grados.
Bomberos de nueva Zelanda y estados vecinos han ayudado a combatir los incendios en la zona más afectada.
«No hay duda de que se han azotado a sí mismos, están extremadamente agotados, pero son apasionados y firmes en su determinación de hacer lo mejor que puedan para su comunidad», añadió Fitzsimmons.
La temporada de incendios en Australia, que alcanza su nivel más álgido durante el verano austral, inició anticipadamente tras un invierno inusualmente cálido y seco.
Más de un millón de hectáreas de bosques y terrenos agrícolas ya se habían quemado en todo el estado en esta temporada de incendios, más del triple de las 280 mil hectáreas que ardieron durante toda la temporada pasada, señaló Fitzsimmons.
