Conmoción mundial causaron en agosto las imágenes de una anciana elefanta de 70 años que era obligada a participar de festividades budistas, en donde tenía que caminar varios kilómetros.
Tikiri fue una de las 60 elefantes que marcharon en el festival de diez días de Perahera. También había sido utilizada durante la mayor parte de su vida para llevar a los turistas a trekking y otras procesiones religiosas en Sri Lanka, según la Fundación Save the Elephant.
Debido a su edad y al poco cuidado el animal estaba desnutrido, eso enfureció a agrupaciones y a personas de los cinco continentes que, luego de una campaña de concientización, consiguieron su libertad.
La ONG tailandesa que luchó para lograr su liberación, ha expresado su «tristeza y alivio» tras la muerte de Tikiri.
El pobre animal pasó su vida sometida a condiciones de esclavitud. Cada año tenía que caminar varios kilómetros entre ruido, humo y pirotecnia durante las noches que dura el festival budista Perahera, en el que se adorna a los elefantes con coloridos ornamentos como parte de la tradición local.
Safe Elephant Foundation en un comunicado manifestó: «Que el duro trabajo fuera su vida, y no la libertad, nos obliga a comprometernos con los que aún sufren. Que no lográsemos ayudarla antes de que sus ojos se cerrasen eternamente nos trae un renovado coraje, y nos recuerda la responsabilidad de encontrar un refugio seguro para todos los gigantes cautivos bajo el yugo del hombre. Lo que deseábamos para Tikiri, aunque fueran sólo unos pocos días de libertad con amor y cariño, lo exigiremos para otros».