Irán advirtió a Estados Unidos el miércoles que cualquier acción en su contra tras un ataque a instalaciones petroleras saudíes recibirá una respuesta “inmediata” de Teherán, reportó la agencia estatal de noticias en una nueva escalada de las tensiones en Oriente Medio.
Por otra parte, el presidente de Irán, Hasán Ruhani, y el canciller podrían no acudir a las reuniones de alto perfil previstas para la próxima semana en la sede de Naciones Unidas ya que las autoridades estadounidenses no han emitido aún sus visas, informó IRNA.
La Asamblea General de la ONU estaba considerada como el probable escenario de un diálogo directo entre Ruhani y su homólogo estadounidense, Donald Trump, tras un verano de elevada tensión y ataques luego de la retirada unilateral de Washington del acuerdo nuclear entre Teherán y las potencias mundiales hace un año.
Sin embargo, el reciente ataque a instalaciones petroleras saudíes y los comentarios hostiles de Irán sugieren que la reunión es cada vez más improbable.
La República Islámica envió una nota a través de diplomáticos suizos en Teherán el lunes sugiriendo que el país no estuvo implicado en los incidentes en suelo saudí. Los suizos velan por los intereses estadounidenses en la capital iraní desde hace décadas.
«Si se toma cualquier acción contra Irán, la acción enfrentará la respuesta inmediata de Irán”, dijo IRNA citando la nota. La agencia noticiosa agregó que la respuesta iraní no se limitaría a la fuente de la amenaza, sin ofrecer más detalles.
La primera delegación iraní para la Asamblea General de la ONU no salió aún del país por la falta de visas, dijo IRNA en otro reporte el miércoles. El canciller, Mohammad Javad Zarif, iba a viajar a Nueva York el viernes, y Ruhani el lunes, según la agencia.
Como país que alberga la sede de Naciones Unidas, Estados Unidos está obligado a emitir visas para que líderes y diplomáticos de todo el mundo acudan a las reuniones del organismo. Pero con el aumento de las tensiones, Washington ha impuesto cada vez más restricciones a ciudadanos iraníes como Zarif.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no respondió de inmediato a una petición de comentarios el miércoles.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, viajará a Arabia Saudita para reunirse después del ataque del sábado contra un campo petrolero saudí y la planta de procesamiento de petróleo crudo más grande del mundo. Los funcionarios sauditas planearon por separado compartir información sobre las armas utilizadas en el ataque que alegan que son iraníes.
Arabia Saudí anunció el miércoles que se unió a una coalición liderada por Estados Unidos para proteger las vías navegables en Oriente Medio entre amenazas de Irán tras un ataque contra su crucial industria petrolera, y Ruhani dijo a Riad que debería considerar la agresión como un aviso para poner fin a la guerra en Yemen.
Los rebeldes hutíes de Yemen, que cuentan con el apoyo de Irán, se atribuyeron la autoría de los incidentes, pero Washington y Riad dijeron que sospechan que fue Teherán quien perpetró el ataque. La República Islámica niega las acusaciones, que llegan en un momento de gran tensión entre Estados Unidos y el país luego del fracaso de su pacto nuclear con las potencias mundiales.
«Casi con toda seguridad está respaldado por Irán», dijo el príncipe Khalid bin Bandar, embajador saudí en Gran Bretaña, a la BBC. «Estamos intentando no reaccionar demasiado rápido porque lo último que necesitamos son más conflictos en la región”.
La agencia noticiosa estatal Saudi Press hizo público un comunicado en el que un funcionario no identificado dijo que el reino entró a formar parte de la coalición, de la que ya forman parte Australia, Bahrein y Gran Bretaña.
«La adhesión del reino a esta alianza internacional respalda los esfuerzos regionales e internacionales para disuadir y contrarrestar las amenazas a la navegación marítima y al comercio global, asegura la seguridad energética global y el flujo continuado de suministros de energía a la economía global, y contribuye a mantener la paz y la seguridad internacional”, señaló el reporte de la agencia.
El comandante Joshua Frey, portavoz de la Quinta Flota de la Marina estadounidense, declinó comentar el anuncio saudí apuntando que “sería inapropiado comentar el estatus de países individuales y la naturaleza de cualquier posible apoyo”.
El objetivo de la coalición es proteger la región del Golfo Pérsico. Esto incluye la vigilancia del Estrecho de Ormuz, la estrecha boca del golfo por la que pasa una quinta parte del petróleo mundial, y el de Bab el-Mandeb, otro paso estrecho que conecta el Mar Rojo y el Golfo de Adén, entre Yemen y el este de África. Además, habrá patrulleras pequeñas y otras embarcaciones listas para una respuesta rápida. El plan también contempla que los países escolten a sus propios barcos por la región.
Estados Unidos culpa a Irán de la explosión de cuatro bombas lapa en mercantes en mayo, y de otras dos en junio, cuando navegaban por el Golfo de Omán, cerca del Estrecho de Ormuz, algo que Teherán niega. La República Islámica también detuvo a un petrolero con bandera británica y a otro con sede en Emiratos Árabes Unidos.
El papel de Riad en la coalición no estuvo claro de inmediato. Bahrein ya acoge la sede de la Quinta Flota de la Marina de Estados Unidos.
En Teherán, el presidente Hasán Ruhani dijo a su ejecutivo que Arabia Saudí debería considerar el ataque como un aviso para poner fin a la guerra en Yemen. Desde 2015, una coalición saudí lucha contra los hutíes con el objetivo de reinstaurar al gobierno reconocido por la comunidad internacional.
Según Ruhani, los yemeníes «no alcanzaron hospitales, no alcanzaron escuelas ni el bazar de Saná”, dijo mencionando criticados ataques aéreos de la alianza.
Irán no quiere conflictos en la región, agregó el dirigente, señalando que fue la alianza saudí la que “libró una guerra en la región y arruinó Yemen”.
«Atacaron un centro industrial para avisarles. Aprendan la lección de la advertencia”, apuntó señalando a los hutíes como responsables de los ataques con drones.
En el video emitido en la televisora estatal, Ruhani no abordó las acusaciones de que Irán estaba detrás de la ofensiva.