¿Has escuchado alguna vez sobre los planos astrales? Esa realidad que existe entre lo que vemos y el plano de nuestras almas. Un poco de eso está presente en la historia del videojuego «Astral Chain» para Nintendo Switch.
Se trata de un juego de acción y aventura que nos lleva al año 2078. La Tierra fue invadida por una extraña fuerza extraterrestre. Lo que queda de la humanidad termina en Ark, una ciudad fortaleza construida sobre una isla artificial. Pero la batalla continúa y habrá que enfrentarse e a las Chimera, unas criaturas del plano astral que comienzan a corromper a la gente.
Tu serás un policía especializado para luchar contra estas fuerzas. Serás parte de Neuron, un grupo especial de la policía que con la ayuda de «Legions», Chimeras que han sido capturadas gracias al «Astral Chain», se vuelven la última esperanza de la humanidad ante estos ataques. Tal como lo dice su traducción: «Astral Chain» es cadena astral. Con esta «cadema del plano astral» estarás conectado a esta criatura.
La historia
Dentro del juego, controlamos a uno de los gemelos Howard, hermano y hermana que son miembros de este grupo especial. Las circunstancias los llevaran a convertirse junto a los Legions en la última esperanza de la humanidad ante Chimera. Uno de ellos será el protagonista que controlamos. El otro se llamará Akira. Akira en Japón es un nombre que puede ser masculino o femenino. Así que da lo mismo el personaje que elijas, el otro se llamará así.
«Astral Chain» está dividido en 11 capítulos llamados Files, donde la historia se va desarrollando, con todo y sus giros argumentales, misterios por descubrir y demás. No son giros complicados, y no te adelantaremos mucho más para que puedas descubrirlo por si mismo. Lo que te podemos contar es que son lo suficientemente entretenidos para poder atraparte. El juego puede parecer un poco lento al comienzo, pero créeme que es de esos títulos en los que es fácil perder la noción del tiempo.
Un inicio de película
Su inicio es algo «cinematográfico». Por lo mismo, te recomiendo a ojos cerrados que prefieras jugarlo en la pantalla más grande y con mejor resolución que tengas en tu hogar. Será todo un espectáculo. Para no adelantarte detalles, pero poder contarte más de la historia, cada capitulo o «File» cumple con una estructura.
Comenzarás primero en los cuarteles de Neuron, pasando al lugar a investigar, para finalmente tener algún tipo de batalla, ya sea en nuestro mundo o el plano astral. Con nuestro personaje vamos realizando distintos casos para avanzar. Tendrás «Blue Cases» que son pequeñas misiones secundarias en donde ayudas a los ciudadanos en el juego. Y también están los «Red Cases», que son aquellas misiones que van avanzando más el caso en concreto al que estás asignado.
Aprendiendo y evolucionando
El juego requerirá que aprendas comandos rápidos. Deberás luchar, esquivar golpes y lograr coordinar esta batalla con tu «Legion». Mientras mejor aprendas a pelear en coordinación con tu criatura, más efectivo será.
Una «recomendación» en este sentido es que uses tu «Astral Chain» en el combate. te puede servir para roderar a los enemigos y atarlos temporalmente, o incluso si colocas la cadena en el momento correcto, puedes detener los ataques de Chimeras. Peleando bien obtendrás puntos de experiencia, y con ellos, podrás mejorar a tu «Legion». En aspecto, es como una fusión de Gundam con un bicho alienígena y futurista. Es hermoso.
Adictivo
Para no adelantarte más, te diremos que si te gustan los juegos «bonitos», éste te atrapará. Está muy bien trabajado visualmente. El juego se luce con un framerate muy fluido. Verás detalles de «partículas», efectos, luces y más. Insistimos: usa una pantalla grande. Ahora, en modo portátil igual se ve bien, no hay una gran baja y fluye increíble. Pero créeme que si te gusta sentir ese «efecto cinematográfico» a la hora de jugar, no hay nada como una pantalla grande, de noche.
¿Vale la pena? Tendrás que tener paciencia porque el inicio del juego es lento. Pero te atrapa, tiene mucho que ofrecer y es una historia entretenida. Un muy buen título.
