A través de un comunicado, y también un tuit de la propia ministra, desde el Ministerio de Educación (Mineduc) confirmaron el envío a Contraloría de un decreto que revoca el Premio Nacional de Ciencias de la Educación 1995 al profesor y diácono Hugo Montes Brunet, acusado de abusos sexuales reiterados contra menores de edad. Ya a fines de julio pasado, el Gobierno había anunciado el inicio de este proceso.
Un reportaje de Canal 13 reveló que un ex alumno del Colegio San Esteban Diácono de Vitacura denunció a Montes por abuso. En ese entonces, el mencionado profesor era rector del establecimiento. Los abusos se habrían cometido entre 1994 y 1999.
Los otros casos
Pero no sería solo una denuncia. Cuando Fiscalía allanó la sede del Arzobispado el año pasado se incautaron más de 40 expedientes de indagatorias de las autoridades religiosas sobre abusos sexuales cometidos por integrantes de la iglesia católica chilena.
Entre esos estaba el expediente de Hugo Montes, a quien la iglesia comenzó a investigar en mayo de 2010 tras la denuncia de un joven por abuso sexual que habría cometido en 2001, cuando el denunciante era menor de edad.
Comunicado del Mineduc
«El Ministerio de Educación informa que este lunes se ingresó a la Contraloría General de la República el decreto que revoca el Premio Nacional de Ciencias de la Educación, otorgado en 1995, al profesor Hugo Montes Brunet», se señaló en el comunicado del Mineduc.
Continuaba agregando que «para tal efecto, la Subsecretaría de Educación tomó conocimiento de las denuncias acerca de hechos atribuidos al señor Montes que contravendrían los supuestos que la ley exige para la obtención de dicho galardón».
Se inició un procedimiento administrativo de revocación del mencionado galardón, para el cual consta un informe elaborado por la División Jurídica de la Subsecretaría de Educación que da cuenta de “antecedentes de gravedad, verosimilitud, y pública notoriedad, en particular, de un procedimiento eclesiástico, en que se tuvo por acreditado el patrón de conducta imprudente de quien ha tenido responsabilidad directa y cercana en la formación de estudiantes”.
«Las conductas descritas en el citado informe son gravemente contrarias a los fines del Premio Nacional de Educación y a las razones que constan en el acta de sesión del jurado para discernir el Premio Nacional de 1995, en el sentido que el galardonado ‘gozaba de destacadas condiciones personales y adhería definitivamente a los más elevados estándares y valores que lo habrían constituido en un auténtico maestro, admirado y apreciado por generaciones de discípulos'», concluía el comunicado.