China muestra su poder con un despliegue de soldados de la Fuerza de Policía Armada Popular (PAP) en Shenzhen a 30 kilómetros de la isla. Esta es una respuesta por las protestas en Hong Kong y una especie de amenaza contra la isla para que mantengan las manifestaciones pausadas.
Con estas prácticas China pretende que se suspenda la actividad en el aeropuerto internacional de Hong Kong durante el fin de semana. Este sería el undécimo fin de semana de movilizaciones.
Las protestas comenzaron en Hong Kong a principios de junio por un proyecto de ley que permitía la extradición desde la isla a China continental. Pero las movilizaciones se mantienen y despertó un descontento civil que no ha disminuido aún para garantizar una serie derechos fundamentales.