El 57% de los consultados rechaza el manejo económico del Presidente Piñera y su equipo. Cifra contundente de la encuesta Cadem que se alinea con la nueva caída en las estimaciones de crecimiento para este año que llegaron a 2,6%, según la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central que se conoció ayer.
Mientras, desde el Gobierno se insiste en lograr llegar al 3%, aunque ayer el ministro de Hacienda rehuyó a responder a las consultas respecto de este sondeo y solo se limitó a decir que «yo no estoy tratando de comentar proyecciones, yo estoy trabajando para que este país crezca».
A las cifras duras de la economía se ha dado la dura pelea que ha tenido el Ejecutivo para defender su propuesta de jornada laboral, frente a la arremetida que ha tenido el Partido Comunista, que ha incluso logrado convencer a parlamentarios oficialistas.
Con insistir en una meta de crecimiento que ya casi es unánime que se vea como improbable de lograr, “el Gobierno está tratando de atenuar la caída en expectativas, tanto de empresarios como individuos”, dice José Luis Ruiz, economista de UNegocios de la FEN de la U. de Chile.
Sin embargo, es enfático al señalar que debe “evitar declaraciones polémicas como fue el llamado a rezar por la economía, porque independiente de cuan creyente lo sean, la señal es que no se tiene el control del timón”.
En esa línea, y cuando el aspecto externo es tan potente e ineludible, como la guerra comercial, para los expertos se hace perentorio que el Gobierno avance en medidas concretas a nivel interno, por ejemplo, “inyectando capital al mercado a través de nuevos proyectos públicos para generar empleo”, dice José Raúl Godoy, an alista de mercados de la empresa XTB Latam.
Pese a ello, así como está de manos atadas por lo que pase en el mundo, “en el plano interno, el Gobierno no cuenta con la mayoría en el Congreso para avanzar en sus reformas claves”, remarca Ruiz, pero añade que “el hacer concesiones que dañan su credibilidad de largo plazo le introduce costos”, por ejemplo, lo que ha sucedido con la jornada laboral, donde el Ejecutivo introdujo una indicación para fijar 41 horas semanales, cambio que ni parlamentarios de su sector y a gremios empresariales agradó.
El empleo en riesgo
El fin de semana, el ministro Larraín anunció más medidas para estimular la economía nacional, incluida una política fiscal más expansiva. Es decir, el Estado saldrá a gastar más plata. Medida que es avalada.
“Por lo general es un buen inicio para incentivar los proyectos públicos. Por ejemplo, inyectar fondos para mejoras en las comunas podría apoyar al sector de la construcción, que es el que primero se resiente en crisis económicas”, resalta Godoy.
Pero lo anterior no ayuda si “el Gobierno y el entorno político ayudan muy poco a bajar la incertidumbre que perciben los agentes económicos”, dice Ruiz. Y añade que, incluso, “las personas pueden estar ajustando su consumo por motivos de precaución y eso también afecta el dinamismo de la economía”.
De hecho, Godoy recalca que en situaciones como la actual “lo primero que se reciente es el empleo. En tanto, los sectores más perjudicados con un ciclo bajista son construcción y comercio, que representan un porcentaje importante del crecimiento del país”, advierte.