La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó la represión contra los manifestantes, pidió una investigación imparcial al respecto y llamó a «expresar sus puntos de vista de manera pacífica».
De la misma manera, llamó al Ejecutivo a «comprometerse lo más ampliamente posible» y de «escuchar las quejas de la gente de Hong Kong».
«La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha revisado la evidencia creíble de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que emplean armas menos letales de manera prohibida por las normas y estándares internacionales», explica el comunicado redactado por el portavoz de la alta comisionada, Rupert Colville.
Es este contexto, pone como ejemplo que «se puede ver a los funcionarios disparando botes de gas lacrimógeno en áreas cerradas y abarrotadas y directamente a manifestantes individuales en múltiples ocasiones, creando un riesgo considerable de muerte o lesiones graves».
«La Oficina instaría a las autoridades de la RAE de Hong Kong a investigar estos incidentes de inmediato, para garantizar que el personal de seguridad cumpla con las reglas de compromiso» para «garantizar que los derechos de quienes expresan sus puntos de vista pacíficamente sean respetados y protegidos».