La organización de las empresas está cambiando. A las tradicionales compañías encabezadas por jefaturas se están sumando otras donde las jerarquías, gerentes y jefes desaparecen. Sí, los jefes están en retirada.
De acuerdo a Simón Álvarez, facilitador de Transformación Cultural en Grupo Cygnus, “muchas empresas han sido económicamente exitosas con jefe, pero con un costo emocional muy alto para los trabajadores, pues en su función de controlar el jefe provoca estrés, poco ánimo y falta de compromiso, las personas sienten que sólo deben realizar su labor y sin voz ni opinión”.
En ese sentido, el experto destaca qhe eb estas nuevas estructuras organizacionales sin jefe,»los colaboradores se liberan de la angustia que genera el control y las personas se sienten más partícipes del trabajo, facilitando el bienestar laboral».
De esta manera, en algunas empresa se han eliminado algunas gerencias y jefaturas para sustituirlas por áreas laborales autogestionadas, donde todos los colaboradores sin jerarquía administran el trabajo y toman las decisiones más relevantes en equipo, así está ocurriendo en algunas empresas en España, Holanda y EEUU en los últimos años.
Esta modalidad está basada en la definición de labores dentro del equipo y la comunicación entre colaboradores para definir el rumbo de las acciones, lo que permite a las personas trabajar con mayor libertad y autoconfianza, favorece el aporte personal, la realización profesional y el compromiso con el éxito de la organización.
«Un jefe ocupa la mitad de su tiempo en fiscalizar y revisar el trabajo del equipo que tiene a su cargo, cuando se supone que las personas saben hacer bien su labor. Además toma decisiones que perfectamente puede adoptar un grupo de trabajo informado«, sostiene Álvarez.
La transición
La transición a veces no es fácil. Cuando el jefe pasa a convertirse en uno más de un equipo sin jerarquías, muchas veces se resiente el ego y tiende a seguir con el hábito de controlar y guiar al grupo. Por su parte, algunos colaboradores que no están acostumbrados a tomar decisiones asumen con temor el desafío de administrar su trabajo diario sin supervisión.
De hecho dentro de esta misma empresa de recursos humanos comenzaron a aplicar la medida. «A algunos nos dio miedo cuando supimos que no tendríamos jefe. Pensamos que era una broma, cómo vamos a estar sin jefatura, quién va a tomar las decisiones. Ahora, casi un año después, nos damos cuenta que no había decisiones tan complejas que nosotros no podíamos adoptar”, asegura Nicolás Arenas, del departamento de Contabilidad de Grupo Cygnus, área que pasó a convertirse en un equipo de trabajo autogestionado y sin jerarquías.