La contaminación progresiva de las fuentes de agua potable en los últimos años es un hecho. Tan solo hay que darse cuenta de ciertas cifras en los Estados Unidos, donde al año 272 toneladas de sólidos disueltos, entre ellos sales, entran a las corrientes de agua dulce. Por ejemplo, esto sucede en numerosos ríos y lagos. Además, la situación puede ser incluso peor en otros lugares del mundo.
¿Por qué sucede esto? La mayoría de razones tienen que ver con la actividad humana (qué sorpresa). Actividades con procesos químicos como la extracción de petróleo, el uso de sales de carreteras y ablandadores de agua son solo algunos responsables. Por supuesto, también contribuyen procesos naturales como el desgaste natural de las rocas.
De esta forma los contaminantes terminan reduciendo radicalmente la cantidad de líquido potable que hay en el mundo. Estos se componen principalmente de sales basadas en cloruros. La más famosa es, sin duda, el cloruro de sodio, o sal de mesa. Sin embargo, en las corrientes también se halla cloruro de potasio, calcio y amonio. Esto es grave, pues una sola cucharadita de sal hace impotables cinco galones de agua.
Por eso es vital que en esta época se desarrollen métodos más eficaces de limpieza de fuentes hídricas. Afortunadamente un grupo de científicos de la Universidad de Indiana dio con lo que parecería ser una solución con un gran impacto positivo en la pureza del líquido de ríos, lagos y similares. ¿Cómo lograron esto? Creando su propia «jaula molecular».
Recuperando el agua potable
Tal y como explican en su documento publicado en Science, el equipo desarrolló una molécula cuya función es la de atrapar cloruros presentes en fuentes hídricas. Esta sería la evolución de una molécula bidimensional creada en la misma institución en 2008.
No obstante, la nueva creación se proyecta para ser muchísimo más efectiva. Esta molécula tridimensional se caracteriza por contar con seis motivos de triazol (anillos de cinco miembros compuestos de nitrógeno, carbono e hidrógeno). A diferencia de su predecesora, esta cuenta con una forma de jaula para atrapar los iones de cloruro. Su capacidad es tal, que se calcula que su eficacia es diez mil millones de veces mayor a la anterior molécula.
La nueva molécula es capaz de unirse y retener el cloruro en el centro de su estructura a modo de «jaula». Simplemente el vacío generado en el centro, junto al empleo de enlaces carbono-hidrógeno logra que el cloruro no se pueda escapar.
Comparada con otras jaulas moleculares similares, esta molécula termina siendo mucho más efectiva. La razón de esto es su rigidez que le permite conservar la estructura a pesar de retener el cloruro, a diferencia de otras más flexibles.
También es una buena noticia el hecho de que la molécula es reproducible. La primera vez que esta fue sintetizada el investigador Yun Liu tardó un año en obtenerla. Posterior a ello, Wei Zhao replicó el proceso en tan solo unos meses.
El gobierno de los Estados Unidos, concretamente el Departamento de Energía, ha estado financiando el proyecto. De poder realizarse en masa, este desarrollo podría proveer de más agua potable a numerosas personas en el mundo.