«Para robar hay que ser inteligente y yo me considero un tipo inteligente», sostuvo Julio Jalit, intendente de Pichanal en Salta, Argentina, durante al apertura de las sesiones legislativas. Aunque en las redes sociales provocó un fuerte repudio, en el recinto lo aplaudieron.
Jalit fue denunciado en varias ocasiones por enriquecimiento ilícito y el aumento de su patrimonio llamó la atención de todos los medios de la ciudad del norte argentino.
Tal y como sostiene El Tribuno, Jalit puede dar muestra, por cierto, de cómo se hace crecer un patrimonio en tiempo meteórico. En 15 años, como intendente de Pichanal, pasó de ser un empleado de estación de servicio KyM, de Klarmann y Macarón, a convertirse en uno de los hombres más ricos del departamento Orán. Desde 2003, con los ingresos obtenidos con la función pública, adquirió una decena de campos sojeros, varias propiedades, vehículos de alta gama y un flota propia de camiones.
Ningún organismo de control pudo saber cómo evolucionó su patrimonio personal, porque nunca presentó las declaraciones juradas que estaba obligado a entregar a la Escribanía de Gobierno de la Provincia, al inicio y final de cada mandato.