Saladillo, una localidad de la provincia de Buenos Aires de treinta mil habitantes, sabía que era cuestión de horas para que Luis Roberto Domínguez fuera encontrado. Después de intentar matar a tiros a su ex conviviente y a la hija de esta, María Rosa Abal (62) y Marisa Vanesa Moreno (29), el sujeto de 66 años era buscado intensamente por la policía.
Sin embargo, nadie imaginaba que alguien reclamaría justicia por sus propios medios: su cuerpo fue encontrado decapitado en un terreno baldío a 900 metros de la casa de su ex pareja.
Tras horas de búsqueda infructuosa, la cabeza de Domínguez fue encontrada de forma fortuita: la prensa argentina reporta que la portaba un perro.
De acuerdo al resultado de la autopsia, el hombre murió desangrado a causa de una herida cortante en su cuello. Luego, su cráneo fue amputado con una sierra. También se sabe que el lugar del hallazgo del hallazgo no fue la escena del crimen.
Tras ser ingresadas al hospital con heridas de bala, las mujeres fueron dadas de alta. Abal había recibido un impacto en el omoplato izquierdo y Moreno uno en su mano derecha. Debido a la violencia del fallecido, ambas lo denunciaron a la comisaría de la Mujer y la Familia local.