Un nuevo estudio científico de pronósticos y escenarios alternativos para la esperanza de vida y las principales causas de muerte en 2040, se publicó en la revista especializada «The Lancet». La investigación, desarrollada por el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, muestra que es probable que todos los países experimenten al menos un ligero aumento en la esperanza de vida.
En contraste, un escenario encuentra que casi la mitad de todas las naciones podrían enfrentar menores expectativas de vida. En el caso de Chile, las noticias son alentadoras. En el mejor escenario del estudio, nuestra expectativa de vida pasaría de los 80,0 años a los 85,7. Esto lo ubica en el tercer lugar de Latinoamérica, detrás de Costa Rica y Perú.
Publimetro conversó con Rafael Lozano, uno de los investigadores detrás del estudio. El especialista señaló que es difícil hablar sobre cuales son los factores exactos que impactan en la esperanza de vida, ya que «es multifactorial e intervienen factores dentro del sistema de salud como fuera de él».
Pronóstico multifactorial
«Quizás lo que más influye es la tendencia de mortalidad del país. Pues ha disminuido bastante. No se puede negar que ha mejorado mucho en los últimos años. De 1990 a 2016 aumento anualmente 0.37% años en mujeres y 0.25% en hombres lo que significa un incremento de 6 años. La caída de la mortalidad infantil y en jóvenes son grandes contribuyentes», añadió Lozano.
Respecto a desafíos con enfermedades específicas, el investigador destacó que «el principal desafío esta en disminuir la enfermedades no transmisibles».
«Las relacionadas con el aparato circulatorio y algunos tumores como el de estomago, pulmón y colon. El incremento de diabetes mellitus y enfermedad renal crónica son otros de los desafíos para el país», dijo el representante del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington.
Expectativas de vida en el mundo
El estudio también proyecta un aumento significativo en las muertes por enfermedades no transmisibles (ENT) a nivel global, que incluyen diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad renal crónica y cáncer de pulmón. Así como el empeoramiento de los resultados sanitarios vinculados a la obesidad.
Sin embargo, hay «un gran potencial para alterar la trayectoria descendente de la salud» al abordar los factores de riesgo clave, los niveles de educación y el ingreso per cápita, dicen los autores.
«El futuro de la salud del mundo no está preestablecido, y hay una amplia gama de trayectorias plausibles», dijo Kyle Foreman, Director de Ciencia de Datos del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, y autor principal del estudio. «Pero si vemos un progreso significativo o un estancamiento, depende de cómo los sistemas de salud abordan bien o mal los factores clave de la salud», añadió.
Mala alimentación y vicios
Según Foreman, los cinco principales impulsores de la salud que explican la mayor parte de la trayectoria futura de la mortalidad prematura son la presión arterial alta, el índice de masa corporal alto, el alto nivel de azúcar en sangre, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. La contaminación del aire ocupa el sexto lugar.
Sobre nuestros países vecinos, el investigador Rafael Lozano señaló a Publimetro que el desafío más grande en Argentina son los padecimientos crónicos degenerativos, particularmente las enfermedades del corazón. Y en el caso de Bolivia, se deberá trabajar en la doble carga por enfermedades transmisibles y no transmisibles.