El Premio Nobel de Medicina fue otorgado ayer a los investigadores James Allison, de la Universidad de Texas (EEUU) y Tasuku Honjo de la Universidad de Kyoto (Japón), por su descubrimiento que muestra una innovadora forma para combatir el cáncer.
El trabajo en paralelo de los científicos, ganadores de nueve millones de coronas suecas (662.297.040 de pesos chilenos), está enfocado en las proteínas que actúan como frenos en el sistema inmunológico del cuerpo humano y representa un “hito en nuestra lucha contra el cáncer”, de acuerdo con un comunicado de la asamblea del Nobel del Instituto Karolinska, la cual selecciona a los ganadores de prestigioso galardón anual.
“El cáncer mata a millones de personas cada año y es uno de los desafíos más grandes para la salud de la humanidad. Al estimular la habilidad de nuestro sistema inmunológico para atacar células tumorales, los galardonados de este año han establecido un nuevo principio para la terapia contra el cáncer”, agregaron desde la asamblea.
El descubrimiento
El trabajo premiado de Allison y Honjo comenzó en la década de 1990 y formó parte de avances significativos en la inmunoterapia contra esta enfermedad.
En 1995, Allison descubrió junto a su equipo técnico la proteína CTLA-4, la que actúa como un “freno” para el sistema inmunológico.
El estadounidense estudió esta proteína y desarrolló un concepto hacia un nuevo método para el tratamiento contra el cáncer: si se bloquea CTLA-4, las células inmunológicas (lifoncito T) podrían actuar libremente sobre las células tumorales, sin distracción.
Por otro lado, en 1992, Honjo descubrió que la proteína PD-1 puede disminuir la acción del sistema inmunológico, la que si es anulada, puede contribuir al fortalecimiento de los linfocitos T.
De este modo, sus trabajos han planteado bases científicas firmes para desarrollar nuevos esquemas curativos; con una efectividad mucho más elevada que la actual, donde, al retirar dichas proteínas se potencia el sistema inmunológico del paciente, atacando con mayor efectividad a los tumores y células cancerígenas.
“Una motivación para los científicos es simplemente empujar las fronteras del conocimiento. No me propuse estudiar el cáncer, sino comprender la biología de las células T, estas increíbles células que viajan por nuestros cuerpos y trabajan para protegernos”, informó Allison en un comunicado publicado por el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas en Houston.
Desde la asamblea del Nobel del Instituto Karolinska destacaron que “el premio de este año llega un momento destacado en nuestra lucha contra el cáncer”.