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Hace ocho meses que la venezolana Yulister Mari vive en Chile. Llegó junto a su esposo y un hijo de un año, en búsqueda de oportunidades laborales. A las pocas semanas de arribar al país, conoció La Vega y consiguió un empleo en un puesto de venta de lechugas hidropónicas.
La Vega Central, conocida también como La Vega, concentra alrededor de un 4% de las transacciones de frutas y verduras de Santiago y simplemente, no se puede ser santiaguino sin haber visitado este emblemático mercado ubicado en Recoleta.
Sus más de 1.100 locales entregan una amplia gama de verduras y frutas, a precios convenientes y cuya calidad es muy superior a la de supermercados. Además se pueden encontrar productos como lácteos, cecinas, legumbres, encurtidos y productos internacionales.
Para muchos, La Vega es conocida como un “territorio de hombre”, por la fuerza requerida para manipular las cajas de alimentos. Para Yuli, ha sido un lugar donde ha logrado llegar incluso a administrar un local, lo que la convierte en la única mujer extranjera en obtener este logro.
“Yo le recomiendo al extranjero que venga a trabajar. Levantarse a las 12 de la tarde nunca va a darte el éxito”, dice Yulister.