Formaba parte de un grupo de danza de la iglesia. Jugaba en el equipo de fútbol del colegio. Era un estudiante destacado. Y aún así, Dimitrios Pagourtzis supuestamente abrió fuego contra sus compañeros de secundaria, matando a 10 personas.
Las autoridades indicaron que no hubo casi ningún indicio de que el joven de 17 años, que ahora enfrenta acusaciones de pena capital, llevaría a cabo el tiroteo en la escuela secundaria de Santa Fe, en Texas.
El gobernador del estado, Greg Abbott, indicó que una foto en la cuenta de Facebook del sospechoso, que ahora fue borrada, muestra una camiseta con la frase "Nacido para matar", la cual pudo ser la única señal de advertencia.
"Pero en lo que se refiere a las investigaciones de los cuerpos de seguridad, en lo que se refiere a arrestos o enfrentamientos con la ley y el orden, en lo que se refiere a tener un historial criminal, no había nada", dijo en una conferencia de prensa.
"Su historial es bastante limpio. Simplemente no hubo las mismas señales de advertencia que hemos visto en tantos otros tiroteos".