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Vestuarista del Papa en Chile: “Era mi sueño vestirlo”

Desde hace 40 años el Taller de ornamentos litúrgicos Costanera viste a los obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica en el país. Para la visita del Papa Juan Pablo II en 1987 se les encargó vestir al sumo pontífice pero «el ornamento que utilizó en la misa de Rodelillo no fue la que se confeccionó en el taller porque era muy pesada«, cuenta Margot Ojeda, la encargada de confeccionar el vestuario del Papa Francisco durante su visita en Chile.

Margó, como le gusta que le digan, hace nueve años pasó de trabajar en la Universidad de los Andes a ser la encargada del modesto taller que se ubica en San Isidro con Marín, en pleno centro de la capital. La también numeraria del Opus Dei nos cuenta que se acercó a la licitación para hacer las prendas papales «porque me interesaba hacer las prendas para el santo padre. Era mi sueño vestirlo».

La tela de la casulla- túnica más expuesta al público- es de 50% poliestel 50% algodón y Margó explica que es chilena, porque «se quería hacer todo en Chile».

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Pero Margó no es la única que ha trabajado en elaborar el vestuario para el Papa, obispos y cardenales. Susana, María Eugenia, Carmen, Elizabeth, Gabriela y Francisca también se sumaron en la complicada misión de confeccionar 197 prendas que fueron encargadas para las diversas autoridades en sólo tres meses. «También se han sumado muchas voluntarias que han querido participar», ayudando en pedidos de comitivas que vienen a visitar al Papa provenientes de Argentina y Paraguay.

Si bien el modelo es único para todos, las tres casullas que usará la máxima autoridad del catolicismo tienen un elemento distintivo que no estaba planificado en el diseño inicial.

 

«A las figuras que van en el diseño central quisimos ponerle unos bordes de hilo y unas cintas doradas para que se diferenciara» y nos muestra la túnica que usará Francisco en Santiago: es verde y tiene la Cruz de América, luego las uvas de Doñigüe, el Petrogrifo gigante del Norte y la Chakana (cruz indígena). 

Ante la duda si estos hilos son de materiales preciosos, como oro, Margó es enfática en decir que «este Papa es muy sencillo, pero creo que la liturgia no tiene ningún problema en ser más rica. Si vas a una fiesta vas con la ropa más linda, si recibes personas en tu casa te pones lo mejor que tengas por pobre que seas. Esto es una fiesta».

Con una mirada cansada pero serena Margó nos despide y señala que tiene que terminar de envalar las prendas que, identificadas según quien las usará, serán enviadas a más tardar hoy a Iquique o Temuco.

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