En una carta dirigida a los fieles de la Arquidiócesis de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati expresó aspectos centrales que formarán parte de la próxima visita del Papa Francisco a Chile. El arzobispo de Santiago señaló que la presencia del Pontífice es «un gran regalo para la Iglesia Católica». Al mismo tiempo, señaló que es un regalo «para todo hombre y mujer de buena voluntad que quiera escuchar el mensaje de paz, entendimiento y fraternidad que nos trae».
El cardenal Ezzati recordó en su misiva que en Chile «conviven enormes progresos, junto con dolorosas carencias».
En Chile existe una construcción social en la que niños sin hogar, familias destruidas, pensionados desesperanzados, presos sin dignidad, comunidades acorraladas por el narcotráfico y las balaceras, pueblos originarios e inmigrantes están obligados a vivir al margen del mal llamado «progreso»
«Los buenos promedios económicos no son sinónimos, por sí solos, del reconocimiento a la dignidad humana de todos los compatriotas», añadió. «Entre nosotros también impera la ‘cultura de la indiferencia y el descarte’ de la que habla tanto Francisco».
El arzobispo de Santiago que en Chile existe «una construcción social en la que niños sin hogar, familias destruidas, pensionados desesperanzados, presos sin dignidad, comunidades acorraladas por el narcotráfico y las balaceras, pueblos originarios e inmigrantes, están obligados a vivir al margen del mal llamado ‘progreso'».
«El Papa Francisco vendrá ciertamente a inquietar las conciencias y a despertar una renovada esperanza para muchos .A todos nos hará un gran bien», señaló.
Ezzati: «Hay que escuchar al Papa con la mente y el corazón abierto»
El cardenal Ezzati enfatizó que el Santo Padre viene a Chile, «con su estilo pastoral, franco y directo» a «ser una voz que clama invitando a la sabiduría, a una convivencia justa y solidaria, a una esperanza que se funda en los valores más profundos de la conciencia humana y a la fe de quienes creemos en el mensaje del Evangelio de Jesús».
Por ello, invitó a todos los chilenos a escuchar al Pontífice «con la mente y el corazón abierto. Y, ojalá, que la escucha de su mensaje sea también una oportunidad para escucharnos y formularnos una palabra inspirada en la benevolencia y en la búsqueda honesta del bien común».
«La visita del Papa Francisco puede, si así lo queremos, ser una ocasión de mirar nuestras posibilidades y progresos con humildad y gratitud. También una oportunidad para sanar antiguas y nuevas heridas y proponernos nuevos y exigentes desafíos en el gran propósito de hacer de Chile un hogar para todos, un país en que nadie sobre, en que nos cohesionemos más, cuidando unos de otros, y en que rija como máxima lo que hemos pedido los obispos respecto a la dignidad de toda persona: ‘Mientras más débil, más respetable’”, añadió.