«Putin es el único superhéroe que no está inventado, no como Supermán, Batman o Spiderman. Putin es un superhéroe real, existe. Es el hombre más poderoso del mundo», comentó a Efe Mark Popov, comisario de la muestra.
Casualidad o no, la inauguración de la exposición coincidió con el anuncio de que Putin se presentará a la reelección en 2018, con lo que permanecerá en el poder hasta 2024, como mínimo.
No obstante, el patrocinador de la muestra en el Museo de Arte Ultramoderno es Alexandr Donskói, un opositor que fue encarcelado en 2006 tras presentar su candidatura presidencial sin consultar al Kremlin.
«La exposición es una forma de aceptar el hecho de que Putin estará con nosotros por mucho tiempo, ya que es lo que quiere la mayoría de ciudadanos de este país», comentó a Efe.
Por si alguien tiene alguna duda sobre las extraordinarias facultades de Putin, uno de los artistas hizo un traje de superhéroe para el jefe del Kremlin de color azul con el escudo de Rusia -el águila bicéfala- y las letras SP en el pecho.
Uno no puede evitar recordar la frase sobre el primer superhéroe mundialmente conocido: «¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es Supermán».
La exposición incluye el retrato más grande que se ha hecho nunca de Putin y que muestra sus dos caras, la de mandatario con la Plaza Roja al fondo y la de superhéroe enmascarado inasequible al desaliento con los colores de la bandera tricolor rusa.
Son 23 obras en diferentes soportes de destacados artistas jóvenes rusos, muchos de los cuales prefirieron mantener el anonimato, por lo que en la muestra no hay ni nombres ni títulos.
«Queríamos mostrar al presidente desde el prisma del arte moderno y demostrar que la juventud realmente apoya a Putin«, señaló Yulia Dúsheva, «ideóloga» del proyecto.
Como no podía ser de otra forma tratándose de un superhéroe, Putin es el protagonista de un cómic en el que interrumpe una reunión oficial para prevenir un atentado en el metro de San Petersburgo.
«Todo va bien. Sigamos con la reunión», asegura Putin tras liquidar al terrorista yihadista.
Sin duda, la pieza más fotografiada de todas es una escultura en la que Putin aparece a lomos de un oso, con la bandera y un escudo.
«Fíjese que Putin no lleva ningún arma. En el boceto original portaba una lanza. Pero es que Putin nunca ataca a nadie, sólo se defiende», apuntó Popov.
También hay espacio para la ironía, como el cuadro «La ilusión de Putin«, en la que se ve al líder ruso sosteniendo un autorretrato, imagen que se repite una y otra vez hasta el infinito.
Tres gigantescos bustos de Putin de color blanco, rojo y azul recuerdan a los de Lenin, Marx y Engels que había en cada escuela soviética.
«Putin es un ídolo de masas, como lo eran ellos en mi infancia», dijo Donskói.
Superputin incluye también el lado más humano del presidente, desde su amor por los animales -perros y caballos-, hasta su afición al judo y el hockey, o cuando una abuela le abraza, no en vano la tercera edad es uno de los graneros electorales del presidente ruso.
«Es cierto, es una muestra patriótica, de culto a la personalidad, pero en el sentido positivo. ¿Dónde hay otro líder como él? Putin levantó a una Rusia que estaba de rodillas», comentó Anastasia, una de los visitantes a la muestra.
Incluso dijo que la muestra daba ánimos para acudir a votar el 18 de marzo del próximo año con el fin de que Putin siga en el Kremlin otros seis años.
«Yo votaré a Putin. No hay otro como él», comentó después de una jornada en la que el líder ruso anunció de una tajada su candidatura y la derrota del grupo yihadista Estado Islámico en Siria.
Uno puede tomar te en teteras de la porcelana más fina de San Petersburgo con el retrato de Putin en un lado y el escudo en otro, piezas con baño de oro de 24 quilates valoradas en 1,5 millones de rublos (más de 20.000 euros).
«Felicidades por el nuevo Superputin», señala la postal navideña que da un toque gamberro a la muestra con vistas al inminente 2018.