Cincuenta y cuatro personas resultaron heridas, una de gravedad, en un accidente ocurrido este viernes cuando un tren chocó con el tope de la vía al llegar a una estación del centro de Barcelona.
«54 atendidos: 1 grave, 19 menos graves (entre ellos el maquinista), 34 leves», escribió Protección Civil en Twitter al ofrecer el balance final. El de mayor gravedad sufrió una contusión en el tórax y sigue hospitalizado, según el ministro español de Fomento, Íñigo de la Serna.
De los heridos, uno es francés, otro rumano y los restantes serían españoles, precisó un portavoz de Protección Civil.
Los servicios de emergencia que movilizaron numerosos vehículos y ambulancias en la estación de Francia, en el centro histórico de la ciudad, según mostraron imágenes de AFPTV, fueron aumentando el balance de heridos desde el momento del accidente, hacia las 07H15 locales (05H15 GMT).
A esa hora un tren de cercanías de la compañía ferroviaria nacional española Renfe, por razones aún desconocidas, colisionó con el tope de hierro de la vía al llegar a la estación, su destino final, según indicó a la AFP un portavoz de la empresa.
La partida delantera del tren, que había salido a las 06H00 (04H00 GMT) de Sant Vicenç de Calders (70 km al al suroeste de Barcelona), quedó totalmente destruida, mientras que varios vagones presentaban daños, por el efecto acordeón producido por la colisión, indicó un periodista de AFP.
Como un terremoto
«En el momento del choque parecía un terremoto. (…) Muchos se han caído al suelo, porque ya había gente de pie en el tren, y he visto a varias personas con cortes en la cabeza y en la cara de los golpes», relató una de las pasajeras, Lídia García, al diario La Vanguardia.
«No sabíamos si era una bomba o que había pasado y la gente se ha puesto a gritar y se ha asustado mucho», agregó.
Un agente de seguridad de la estación, que declinó identificarse, afirmó a AFPTV que al entrar a la estación el tren «iba a su velocidad normal, no ha frenado y ha chocado contra el pilar de hierro».
Llegado de Madrid a Barcelona, el ministro De la Serna confirmó a periodistas en la estación de Francia que la información preliminar indica que las balizas para establecer los límites de velocidad no mostraron ninguna anormalidad.
El tren de cercanías pasó una revisión de mantenimiento el 18 de julio, señaló De la Serna, y su conductor este viernes era un hombre de 31 años, con siete años de experiencia en «la circulación de trenes en Cataluña, con los servicios» de cercanías.
El chofer sufrió «una contusión fuerte en el tórax», indicó el ministro.
Caja negra
La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios del ministerio de Fomento estará a cargo de las pesquisas para determinar las causas del accidente, dijo De La Serna.
La policía regional, los Mossos d’Esquadra, anunció que ya está en posesión de la «caja negra» del tren, cuya información será analizada por la comisión de investigación.
Para atender a las víctimas y sus familiares, la empresa Renfe activó tras el suceso un «plan de asistencia», tanto médico como psicológico.
Las calles alrededor de la estación permanecieron varias horas cerradas a la circulación para permitir el paso de los vehículos de emergencia.
Por la hora del accidente, el tren contaba con numerosos pasajeros que viajaban de pie, lo que habría elevado el número de heridos.
El accidente se produjo en plena huelga de los servicios ferroviarios españoles, que habían previsto garantizar el 66% de los trenes en las líneas catalanas en hora punta.
Además de De la Serna, muchas autoridades acudieron durante la mañana a la estación, entre ellos el presidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
El jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, aparcó momentáneamente su enfrentamiento con el independentista Puigdemont, que impulsa un referéndum de autodeterminación en la región rechazado por Madrid, y llamó al presidente regional para interesarse por el accidente.
El choque del tren se produce justo en la semana en que se cumple el cuarto aniversario del accidente del 24 de julio de 2013, cuando un tren descarriló y chocó violentamente contra un muro cerca de Santiago de Compostela, que dejó 80 muertos y 144 heridos.