Fue en agosto de 2002 que se dio el inicio al funcionamiento de los multifondos de las AFP. El archivo de prensa de la época relataba que el Gobierno destacaba las ventajas que implicaría esta nueva modalidad para los ahorros previsionales.
«Después de dos décadas de experiencia, con esta nueva promulgación se pasa a una nueva fase de perfeccionamiento del sistema”, decía el ministro del Trabajo de la época, Ricardo Solari.
Otro que destacó esta nueva etapa fue el expresidente Ricardo Lagos, quien expresó en ese entonces que “no solo se mejorarán las pensiones, sino que también será un estímulo de creación de empresas, y por lo tanto, de empleos”.
Antes de esta modificación, los ahorros de los trabajadores se encontraban en un solo fondo, que se asemejaba al actual fondo C, el que tenía un equilibrio en sus inversiones entre renta fija y renta variable. De hecho, según explica Sergio Tricio, gerente general de Ruvix, “cuando se habla de la rentabilidad histórica del sistema desde el año 1981, se considera la rentabilidad del Fondo C que es de UF + 8,28% promedio anual”.
Quince años más tarde y cuando el tema pensiones está en pleno debate, se plantea hacer un nuevo cambio y de los actuales cinco multifondos, el Gobierno de la Presidenta Bachelet está trabajando en la idea de eliminar uno de estos, probablemente el B.
La justificación del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, para concretar una medida así es la de simplificar el sistema para las personas, pero ¿qué implicancias podría tener? ¿Dañará o mejorará la rentabilidad de nuestros ahorros para la futura pensión?
Menos riesgos para afiliados desinformados
“Podría ser una medida correcta eliminar uno o dos fondos, para darle menos opciones a los afiliados y protegerlos cambios excesivos de fondos”, sostiene Tricio respecto de esta eventual medida.
Según explica, los multifondos tiene la ventaja de aumentar el abanico de posibilidades para aumentar las ganancias de los ahorros. Sin embargo, también reconoce que se puede terminar convirtiendo en una desventaja, “cuando los afiliados se cambian constantemente de fondos, mirando en muchas ocasiones el espejo retrovisor, es decir, cambiándose de fondo cuando ha visto perdidas a uno con mejores retornos (…) En consecuencia, podría ser una medida correcta”, reafirma.
Sin embargo, el punto clave según los especialistas es la educación previsional que necesitan los trabajadores.
Ya lo decía Valdés respecto a lo mismo: «la idea es tratar de simplificar un poco las cosas, muchos cotizantes simplemente no escogen multifondos”.
De hecho, según la encuesta de 2015 realizada por la Comisión Presidencial sobre las Pensiones, y antes que surgiera el movimiento No+AFP con su consigna de cambiarse al fondo E, el 85% dijo que no se había cambiado de fondos en los últimos tres años y el 65% declaró sentirse poco o nada informado respecto a la rentabilidad de sus ahorros previsionales.
“Creo que el impacto final está por verse (en la rentabilidad), ahora en mi opinión tiene que ser un sistema lo más simple posible para la gente”, indica Dominique Oyarce, jefe Operaciones Comerciales de la empresa de asesoría Inversión Fácil.
En ese sentido, apunta a que esto puede ayudar para que precisamente la gente entienda cómo funciona el sistema, incluso antes que se hagan este tipo de modificaciones, porque en ocasiones los trabajadores “no entiende el impacto que puede tener el cambiarse de un fondo a otro. Si uno ve las estadísticas, en general la gente se mete a un multifondo y no se cambia nunca”, asevera.
En la misma línea, el gerente de Ruvix subraya que “es necesario que tanto el Gobierno como las AFP aumenten los recursos destinados a educación previsional”.