En la oportunidad, especificó que el Consejo “tiene la responsabilidad de pronunciarse cada vez que una situación de vulneración de los derechos humanos lo amerite, sin distinción de sexo, identidad o expresión de género, orientación sexual, origen étnico, cultura o religión; sin relación al régimen político de los países. Este Consejo de Derechos Humanos tiene el mandato y las herramientas para orientar este trabajo”.
La jefa de Estado hizo un llamado a preservar el sentido y función de este Consejo para “impedir que sea instrumentalizado para propósitos subalternos de algún Estado. Todos somos responsables de asegurar que el sistema internacional funcione como es debido. Un elemento fundamental es el principio de adhesión al derecho internacional, lo que incluye el respeto a los tratados y el no hacer mal uso de los mecanismos o instituciones que se hayan diseñado para resolver las diferencias”.
A juicio de Bachelet, “asegurar la paz y la seguridad es una tarea central en la construcción de un mundo próspero y libre. Los derechos humanos constituyen el pilar que justifica la esencia de Naciones Unidas. La paz, la seguridad y el desarrollo sostenible de nuestras sociedades deben poner a las personas, con su dignidad y derechos, en el centro de nuestras políticas y decisiones”.
La Mandataria también destacó la relevancia de saber escuchar a la ciudadanía porque “para comprender y enfrentar los desafíos que hoy afectan los derechos humanos, debemos adoptar un enfoque que nos permita dar cuenta de las causas de las amenazas que se ciernen sobre ellos. Debemos saber escuchar el malestar de nuestros ciudadanos”.
“Este no es expresión sino de una desilusión; de la promesa de desarrollo frustrado, y por el que han trabajado con esfuerzo. Ellos nos están mostrando que, en sus vidas cotidianas, en sus lugares de trabajo, en las escuelas de sus hijos, en la salud de sus familias, en la seguridad de sus ciudades, en las pensiones de sus padres y madres, en la relación entre hombres y mujeres, siguen presentes los efectos negativos del desarrollo inequitativo”, agregó.
Luego, hizo una revisión de las tareas pendientes en materia de derechos humanos a nivel global y enfatizó en que la búsqueda de soluciones eficaces pasa por el dialogo entre los diferentes países.
“Enfrentamos una serie de tareas mayores en las que debemos avanzar cuanto antes. Pero ante cada una de ellas, nos asiste una certeza: la única respuesta posible es colectiva, coordinada y cooperativa. Es el principio básico de un mundo interconectado”
“Ningún país, sin importar su poderío, es inmune a estos problemas, ni puede resolverlos construyendo muros, reales o metafóricos. Quienes no comprendan este sencillo pero crucial principio, estarán desandando los pasos que costosamente hemos dado como humanidad a lo largo de la historia”, finalizó.