En Estados Unidos, empresarios de origen latino ofrecen sus servicios para construir el muro anti inmigrantes prometido por el presidente Donald Trump en la frontera con México, pese a la controversia y en algunos casos la conciencia.
«Siendo yo un hispano lo hace más difícil», comenta Michael Luera, dueño de una empresa de recolección de datos geológicos de Texas, expresó su interés en trabajar en el proyecto.
«Cuando esta polémica afecta a todos los mexicanos, esto me afecta porque yo conozco a muchos de ellos que no son mala gente y vienen aquí a trabajar duro», dijo este empresario de ascendencia mexicana aunque él es estadounidense de tercera generación.
Para Luera, como para otros, la posibilidad de aprovechar una obra colosal como el proyecto del muro, con un costo de varios miles de millones de dólares, hace inclinar la balanza.
«Esencialmente, es una decisión empresarial», dijo por su parte Mario Burgos, dueño de una empresa constructora en el estado de Nuevo México.
«Obviamente cuando uno ve una oportunidad al alcance de la mano, uno no puede ignorarla», agregó.
«Veo al muro en la misma forma en que veo a buenos vecinos poniendo cercas», apuntó, aunque añadió que «siempre» se siente «incómodo con todo lo que sea anti inmigrante».
«Hay muchos locos»
Pese a que aún está en la nebulosa, el peso económico del proyecto atrae a grandes grupos como el franco-suizo LafargeHolcim, que dijo estar listo para vender material para «cualquier proyecto de infraestructura» en Estados Unidos, gesto que provocó una alerta del propio presidente francés.
Hasta el grupo mexicano Cemex adoptó la misma postura.
En total, cerca de 650 empresas de todos los tamaños -incluyendo 66 de propiedad de hispanos- respondieron al llamado del 24 de febrero del Departamento de Seguridad Interior (DHS) de pre-calificación para la obra.
Se espera que este miércoles el DHS haga el llamado formal a ofertas.
Algunas empresas, no obstante, parecen hesitar.
El gigante irlandés de la construcción CRH dijo que el proyecto no era «de nuestro interés».
La empresa estadounidense BTP 84 Lumber causó sensación con un anuncio publicitario en que sus obreros construyen una gran puerta en el muro para que pasen una madre con su pequeña hija.
En tanto, algunos empresarios estadounidenses pequeños y medianos, interrogados por AFP, consideraron que no cabe un problema de consciencia en este caso.
Uno de ellos, que solicitó anonimato porque hay «muchos locos allí afuera», apuntó que participar de un proyecto de esta naturaleza sería ofrecer «un servicio» a su país.
«Soy hispano pero soy estadounidense por encima de todo y quiero asegurarme que todos cumplan las leyes», dijo este empresario.
«Si tengo que ir a la guerra y matar a alguien, estaré haciendo apenas mi trabajo. Si el gobierno necesita constructores para hacer el muro, estaré haciendo mi trabajo», añadió este veterano de las guerras de Irak y Afganistán.