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Mariana Aylwin respondió al comunicado de la embajada cubana

La declaración, en su totalidad, señala lo siguiente:

“Primero, rechazo categóricamente y considero una ofensa inaceptable y de la mayor gravedad que se me atribuya pretender generar inestabilidad a través de grupos ilegales y el contubernio de instituciones extranjeras. Esas son suposiciones antojadizas y completamente ajenas a mi comportamiento político.

Respeto al pueblo cubano y su libre determinación, a la vez solidarizo son quienes luchan por valores democráticos esenciales y universales a través del diálogo y medios pacíficos.

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Segundo, reitero que fui invitada por la Red de Jóvenes por la Democracia en América Latina a recibir una mención honrosa póstuma a mi padre del Premio Oswaldo Payá por su lucha por la democracia. Que recibiría también, nada menos, que el secretario general de la OEA, don Luis Almagro.

Acepté gustosa ir en representación de mi familia, no veo cual sea la provocación si mi participación era simplemente en mi calidad de hija de Patricio Aylwin.

Tercero, nada hubiese ocurrido si el Gobierno cubano hubiera permitido la de un acto pacífico para entregar estos premios. Al contrario, inició una persecución contra sus organizadores, prohibió el acto público, ha detenido a varias personas, ha impedido viajar al ex Presidente de México, Felipe Calderón, y a mi, a la vez de haber deportado al joven chileno Juan Carlos Vargas y otros miembros de la red.

Yo habría vuelto a Chile con el reconocimiento a mi padre después de agradecer con el discurso que debía mandar a Rosa María Payá, y que se ha hecho público hoy día.

Nadie se hubiera enterado de todo lo que ha ocurrido a raíz de esta situación, ni hubiera habido debate alguno al interior de nuestro país.

Cuarto, los argumentos de la Embajada de Cuba son idénticos a los que esgrimía la dictadura militar chilena frente a la solidaridad de los demócratas del mundo con la lucha por la democracia en Chile.

Es una lástima que Cuba siga siendo un país temeroso de la libertad, y la actitud de su Gobierno en este caso no hace si no conformarlo.

Finalmente, este es un tema que más allá de lo personal afecta principios fundamentales de la democracia: libertad de viajar, libertad de reunirse, libertad de expresar opiniones, todas las cuales han sido conculcadas por el Gobierno cubano al pueblo cubano.

Ser inadmisible en Cuba ciertamente me duele, pero mucho más me duele la vida de millones de cubanos que están esperanzados con la apertura de su país hacia un sistema democrático».

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