Economía

El daño colateral que tienen que enfrentar las comunas arrasadas por las llamas

Esta semana comenzó una nueva etapa para las comunas de las regiones O´Higgins, del Maule y Bío Bío que resultaron afectadas por los incendios forestales. A los problemas sanitarios, que obligaron el reforzamiento de los servicios de atención de salud, se suman la reconstrucción, el empadronamiento de los vecinos de las villas arrasadas por los incendios para evitar los «falsos damnificados», los problemas de desempleo y las millonarias pérdidas del turismo.

En Constitución, la zona más devastada por la catástrofe, por ejemplo, el alcalde Carlos Valenzuela, tal como ocurrió en 2010 con el terremoto y tsunami que desoló la principal ciudad de la comuna, está enfrentando nuevamente un proceso de reconstrucción, pero ahora en villa Santa Olga y sus alrededores. Según contó el edil a Publimetro, uno de los desafíos más grandes en esta primera etapa, ha sido realizar un catastro de los vecinos afectados para evitar a los «falsos damnificados».

«Durante los incendios nosotros detectamos mucha gente haciéndose pasar por damnificados pese a que no era así, por lo cual recibía toda la ayuda», explicó el alcalde Valenzuela, cuyo personal municipal ya se encuentra registrando a los vecinos de villa Santa Olga y sus alrededores, utilizando como apoyo las cuentas de agua y las fichas de protección social.

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Cabe destacar que la Intendencia del Maule aseguró que habría detectado que personas que poseen domicilio en las comunas de Constitución, San Javier y, e incluso, Talca, solicitaron el bono arriendo y el bono de enseres como damnificados.

«Hemos escuchado rumores que personas que no resultaron con daños, mayores de 18 han cobrado el bono enseres, de 1 millón de pesos. Por ello, hemos conformado cinco grupos de trabajo con los afectados, para dar solución a sus necesidades reales. Vamos a entregar un certificado de residencia para evitar que haya gente que se aproveche. Los que cobraron el bono de más van a quedar al descubierto porque obligadamente tendrán que ingresar a estos grupos de trabajo y serán los propios vecinos los que nos ayudarán a controlar que no haya extraños», explicó Valenzuela.

En relación a la reconstrucción de villa Santa Olga y sus alrededortes, el edil estima que las obras podrían tardar más o menos 2 años. «Tenemos que construir alcantarillado, tendido eléctrico, pavimentar calles y la construcción de viviendas. Pero esto debería ser más rápido que la reconstrucción de nuestro casco histórico que todavía, a siete años del terremoto y tsunami, no ha pasado nada», criticó el alcalde Valenzuela.

Además de la reconstrucción, el alcalde asegura que la comuna en los próximos meses deberá enfrentar los coletazos de los altos índices de desempleo y las millonarias pérdidas en el turismo local.

 

Hantavirus y salud mental

Pese a que el Ministerio de Salud descartó la migración de ratones a la ciudad producto de los incendios forestales, por lo que las cifras de Hanta estarían dentro de los rangos «normales», de igual manera se ha llevado a cabo un reforzamiento de las labores sanitarias en las zonas afectadas, a fin de potenciar más bien las campañas de prevención.

«El diagnóstico oportuno, en la medida que los médicos que atienden en los servicios de urgencias, en la atención primaria están más alertas, más atentos y conocen mejor este diagnóstico y lo sospechan oportunamente, se pueden hospitalizar a estas personas  e iniciar su tratamiento de sostén en forma oportuna, porque es un cuadro que evoluciona muy rápido hacia la extrema gravedad”, dijo el ministro subrogante de la cartera Jaime Burrows.

Por otra parte, la autoridad sanitaria también anunció un plan de salud mental enfocado en los damnificados, para apaliar los síntomas de depresión y estrés.Ello, porque de los 6 mil damnificados, el 10%, es decir, 600 personas, pudieran requerir un tratamiento especializado con psiquiatras y psicólogos.

“En este caso, tenemos que hacernos cargo de una gran cantidad de personas que van a estar presentando problemas asociados al estrés, después de este trauma que ha significado este incendio. Lo hemos visto en crisis anteriores en que esto ha requerido un trabajo bastante prolongado”, precisó Burrows, en la página web del organismo.

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En el caso puntual de Constitución, el alcalde Carlos Valenzuela, dijo que se reforzó el sistema de salud, porque a raíz de los incendios, se produjeron algunos colpasos del sistema de alcantarillado. «Se reventó una fosa séptica de 26 mil litros, lo que nos desató una emergencia sanitaria que está bajo control, pero que requiere que estemos atentos ante la eventualidad de que la ciudadanía pueda presentar enfermedades post incendios», precisó.

 

Pérdidas en sector turismo

Uno de los daños colaterales más graves ha sido el impacto en la actividad económica y, particularmente, la turística, en las regiones de O’Higgins, El Maule y Biobío. Cabe recordar que durante los incendios forestales, fueron cerrados, como medida preventiva, gran parte de los Parques Nacionales y algunos balneareos de las zonas, perjudicando la actividad de los camping, hotelería y restaurantes.

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Lo anterior motivó a que el propio ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes, en una mesa conjunta con otras autoridades del Gobierno, se reunieran con los gremios del sector para buscar soluciones. Al encuentro, asistieron la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), Hoteleros de Chile, ChileSertur y Consetur.

Un estudio del Instituto de Turismo de Pichilemu, cuya muestra se realizó con más de 50 empresas de Santa Cruz, Las Cabras, Pichilemu y Navidad, evidenció que las pérdidas en enero fueron un 49% y que se proyecta una pérdida del 54% para febrero. Según Julio Ibarra, representante del organismo, la mayoría de las empresas turísticas son micro y pequeños negocios (un 86%) y facturan menos de $60 millones al año, siendo esta época la que les permite sostener el resto del año.

«La pérdida proyectada para la (VI) región es de $3.404,5 millones de pesos, en el mes de enero, y $3.633,8 millones de pesos en febrero. Esto suma un total de $7.038,3 millones de pesos en pérdidas», explicó Ibarra.

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La industria turística de la Región de O’Higgins da trabajo permanente a aproximadamente 8 mil personas, y en esta época del año suele triplicarse por el aumento de demanda en algunas zonas de mayor afluencia. Así, la fuerza de trabajo total puede llegar a 17 mil personas durante el verano.

«Pero la caída en la demanda genera una necesidad inmediata de costos derivada de la imposibilidad de pago de los empleadores, lo que de acuerdo con el estudio puede afectar de aquí a febrero con una pérdida de 8.700 puestos de trabajo y, si la recuperación de las empresas no se logra, podría haber más a partir de marzo», dijo Ibarra.

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