Una hora y cuarenta minutos duró la ceremonia ecuménica en que nueve condenados por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar de Augusto Pinochet pidieron perdón por los actos cometidos y por los cuales se encuentran recluidos al interior del penal Punta Peuco.
El ex subdirector de la Dina, mayor (r) del Ejército, Raúl Iturriaga Neumann, participe de la «Operación Colombo» y en el homicidio del General Carlos Prats y su mujer; el ex capitán del Ejército, José Zara Holger, también condenado por este último hecho; ex cabo 2do de Carabineros, Pedro Hormazabal Fuentes, responsable de crímenes en el Patio 29; un familiar del ex capitán del Ejército, Carlos Herrera Jimenez, ausente de la ceremonia por temas médicos y confeso asesino del dirigente Tucapel Jimenez; el ex general Fach y otrora jefe de la Difa, Enrique Ruiz Bunger, y miembro del Comando Conjunto acusado de variadas violaciones de los DDHH; los agentes de inteligencia responsables del caso degollados, ex Diconcar, Miguel Estay (El Fanta) y el cabo 1ero Carabineros, Claudio Salazar; el ex capitán de Carabineros, Marcelo Castro Mendoza, vinculado al caso «Hornos de Lonquén»; cabo 1ero del Ejército, Basclay Zapata «El Troglo», responsable de múltiples homicidios y sindicado como uno de los torturadores más crueles de la Dina, son los internos que se pronunciaron durante el acto realizado en el patio del penal.
Alejandro Carevic, hermano del fallecido Teniente de Ejército y funcionario de la Central Nacional de Informaciones (CNI). Luis Carevic Cubillos, quien falleció en 1979 tras la explosión de una bomba instalada por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), tomó la palabra en nombre de su familia para manifestar que disculpan a quienes fueron responsables de la muerte del suboficial.
«Quedé impresionado por la verdad y paz que oí ahí adentro. Nadie pidió que se le rebajaran las penas ni amnistía, pidieron perdón», aseguró a su salida del penal el sacerdote jesuita Fernando Montes.
«Dios está haciendo algo extraordinario, porque esto no habría sucedido, personas dispuestas a pedir perdón», señaló el capellán de Punta Peuco y pastor anglicano, Pablo Álvarez.
Junto a Montes y Álvarez, estuvieron presentes el ex capellán de La Moneda, Alfred Cooper, el sacerdote Mariano Puga y el pastor evangélico Ramiro Carmona. Además, se sumaron familiares de los internos, militares en retiro e “invitados especiales del ámbito religioso, castrense y de los derechos humanos”, detalla un comunicado difundido por el abogado Raúl Meza a los medios de comunicación.
Durante la ceremonia, cada uno de los condenados por crímenes de lesa humanidad tomaron la palabra y pidieron perdón por los actos cometidos. Con el objeto de darle mayor simbolismo al gesto, contaron con testigos que acreditaron las palabras de los ex militares y agentes de inteligencia durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Familiares repudiaron acto
Desde las 9 de la mañana decenas de familiares de detenidos desaparecidos, ejecutados y torturados políticos, se expresaron al exterior del recinto en repudio de la actividad y calificaron el «acto de perdón» como tardío al manifestar que de ser genuino debería ir acompañado con información sobre el paraje de sus deudos.
Al término de la actividad, los familiares increparon a Montes por su participación, acusándolo de «estar del lado de los asesinos».
Horas previas
A su llegada al penal cerca de las 10:20 horas, y en compañía de Puga, Montes señaló no ser organizador del acto y aseguró ser «estrictamente invitados, sin saber siquiera lo que van a hacer».
«Nosotros no estamos por la impunidad, al revés, queremos ver si hay real voluntad y arrepentimiento», agregó.
«Yo vengo aquí como cristiano, como víctima de la dictadura, torturado y exiliado, y vengo como acompañante de las organizaciones de derechos humanos. No soy vocero de ellos, pero vengo como un acompañante más de ellos», destacó a su vez Mariano Puga.
Según advirtieron a Publimetro fuentes cercanas al evento, los diputados Gustavo Hasbún (UDI), Osvaldo Urrutia (UDI) y Gonzalo Fuenzalida (RN) habrían revertido su decisión inicial de asistir, dado que entre los organizadores no ven con buenos ojos la presencia de políticos.
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