No existe el debate de la inmigración. Eso debe estar claro. Es una artificialidad alimentada por las elecciones.Y debe quedar claro que el día en que agredan a un inmigrante es porque hubo grupos políticos y funcionarios públicos, que pagamos con nuestro dinero, en el Congreso que alimentaron todo esto.
En sintesis: les hemos pagado a racistas.
Los inmigrantes han estado siempre, de todos los colores, creencias y países. Nuestros servicios en general son controlados por inmigrantes o empresas extranjeras. Los que los discriminan, en general, son personas a las cuales les molesta todo lo que no sea uniforme y distinto e insultan a los extranjeros desde su celular made in en su pijama made in para mañana tomar su café made in desde su empresa made in. Porque realmente nada de lo que está alrededor tuyo es creado por un chileno y es más: si haces el cálculo proporcional, quienes te han asaltado en la vida (simbólica o literalmente), por pena que te dé, son de tu propio país.
Que la inmigración termine siendo “buena” según color de piel, de ojos y apellido es lo que después nos hacen a nosotros cuando vamos afuera. Porque esto no pasaba hasta que empezaron a llegar los haitianos. Los haitianos que realmente vienen de un infierno horrible y que, la verdad, por su actitud frente a la vida todos dudamos que tengan maldad: todo lo que tienen siempre se les cae. Cómo será la cosa que se vienen a Chile y ahora tienen que aguantar esta locura.
No hay que hablar más de anti-inmigración. Hay que llevarlo al término que es: RACISMO. Racismo puro. Aparecieron afroamericanos en Chile y comenzó una caza de brujas política. DE LOCOS. Incivilizados.
Sobre las estadísticas y el “oye pero mi opinión es diferente y hay que respetarla”, la verdad es que mentir no es un punto de vista. Es una trampa para tomar ventaja. Eso de «diversidad de opiniones» en torno a mentiras es un delirio.
Yo no sé cuándo la gente en este país confundió el odio con la inteligencia. Cuando confundió la crítica por la crítica por la dignidad. Lo único que está claro es que no hay que censurarse en esta pasada para darle comodidad a la ignorancia.
Que los políticos se dediquen a azuzar esta imbecilidad anti extranjeros habla que realmente están por el suelo intelectualmente.
Un delincuente es un delincuente. Sea marciano o chileno. Pero pensar que porque llegan «de afuera» pasa más es puro miedo al otro.
Lo concreto es que odian a los inmigrantes hasta que van a un restorán y dicen: «qué bien atendido», o ven el gol y dicen: «gran jugador». Cínicos.
La derecha aleona un debate falso y la izquierda, con sus incapacidades comunicacionales históricas baila a su ritmo. Todo esto es patético.
En este país clasista, todos somos inmigrantes. El debate de la inmigración es un truco para que concentremos nuestro odio en un falso enemigo.
Reitero: el día en que agredan a un inmigrante va a estar claro quiénes aleonaron este debate estúpido, falaz e infértil. Una mímica infantil de debate.
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