Con la aprobación la víspera por el Congreso de Colombia del pacto de paz entre el gobierno y la guerrilla FARC, renegociado tras el fracaso del acuerdo original en un plebiscito, el país enfrenta a partir de este jueves el reto de ponerlo en marcha.
Con o sin oposición, lo cierto es que la luz verde que dio este miércoles el Congreso colombiano a los acuerdos de paz pone en marcha todo el proceso de implementación del texto. «Hoy es el día D, el día que marca los tiempos y los plazos para aplicar las diferentes medidas para la implementación que figuran en el acuerdo, sobre todo la más importante que es la desmovilización y reintegración. A partir de hoy las FARC tienen 180 días, algo así como 6 meses para moverse a los veredales de concentración –zonas de reagrupamiento- y llevar a cabo el proceso de desarme. Esto es lo más inmediato que tiene que ocurrir, eso debe pasar en cinco días. A partir de ese momento se inician todas las demás medidas de los acuerdos que necesitan de un proceso legislativo para aprobarse», comenta Egoitz Gago Anton.
La guerrilla tiene plazo hasta finales de año para concentrarse en dichas zonas previstas. Allí entregarán sus armas al llamado «Mecanismo de Monitoreo y Verificación» integrado por la propia guerrilla, el gobierno y la ONU. El armamento deteriorado será destruido en primera instancia y el resto entregado por los guerrilleros en los siguientes 150 días. Estas armas serán depositadas en contenedores especiales, situados en los campamentos y retiradas por la ONU al final del proceso.
El gobierno prevé presentar una docena de proyectos de ley ante el Congreso, el primero de ellos el de la amnistía. Igualmente el de la jurisdicción especial para la paz, una ley sobre la participación política de los guerrilleros y el estatuto de la oposición.
«Tenemos un nuevo acuerdo pero sigue habiendo desafíos relacionados no solamente con lo político, sino con su implementación en el terreno: con el ELN (Ejército de Liberación Nacional, segunda guerrilla del país), con la violencia contra líderes, y una situación fiscal bastante grave», dijo a la AFP Kyle Johnson, analista del International Crisis Group.
«Entonces, tenemos un acuerdo en un contexto supremamente difícil para la seguridad política del acuerdo y también para la implementación misma, en términos de la capacidad del Estado», explicó.
Para Johnson, además, será muy importante cómo se desarrolle la concentración de las FARC en los 27 puntos del país donde paulatinamente irán dejando sus armas bajo supervisión de Naciones Unidas. El proceso debe comenzar dentro de cinco días y estar completamente terminado dentro de seis meses.
«Si ese proceso va bastante bien y sin problemas, de pronto eso podría cambiar el balance de poder político creado por el plebiscito y el rechazo de la oposición al acuerdo», estimó el experto.
PUB/IAM