«Esa especie de grito de dignidad que lanzó Fidel Castro recorrió el continente y el mundo entero. Eso se olvida por mucha gente». Así describió la figura del fallecido líder cubano el ex secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza, al hacer una semblanza del impulsor de la revolución en la isla.
«Fidel Castro todavía inspira a mucha gente, incluso a personas que no comparten su forma de organización económica o política», planteó.
Insulza rememoró sus primeros viajes a la isla, cuando era un joven dirigente de izquierda, y los que realizó más tarde, cuando ya cumplía con actividades oficiales como autoridad durante los gobiernos de la Concertación.
«Yo estuve varias veces en Cuba, pero creo haberlo visto como mucho una vez. Ya como canciller de Chile me correspondió comunicarle, y ese fue mi primer encuentro personal, durante una cumbre de desarrollo social en Copenhague (Dinamarca), la decisión del entonces Presidente Eduardo Frei de reanudar las relaciones con Cuba», relató.
«Él se emocionó mucho. Chile le importaba mucho, no sólo por Allende: él leía mucho y sabía de todo, seguía mucho las noticias de nuestro país», añadió.
«Un día, cuando fui a Cuba cuando ya se habían reanudado las relaciones con Chile, apareció de sorpresa en una cena que me estaban haciendo», rememoró. «Los mismos cubanos estaban sorprendidos de que se quedara una hora y media conversando con nosotros».
«Cuando terminó el diálogo con el grupo, Fidel me dijo: ‘¿por qué no vamos a conversar a mi oficina?’. Partí con Alejandro Jadresic (entonces en la cartera de Energía), y estuvimos en su oficina desde las 2 a las 5 de la madrugada. Debo confesar que yo estaba muy cansado, pero él tenía cuerda para rato».
También recordó su rol en torno al levantamiento de las sanciones contra Cuba en la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que Insulza encabezó. No obstante, «para Fidel la OEA era un monstruo», reconoció.
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