Pablo Contreras Pérez
Uno podría pensar que regalar peluches no tiene gran ciencia, no es original, pero ¿qué pasaría si llegan a su casa con uno que mide un metro?
Esa es la sorpresa que buscan generar dos hermanos con su emprendimiento www.peluchesgigantes.cl. De origen familiar, Julián y Paulo Aguilar quisieron formalizar el pequeño negocio de su madre para darle un valor agregado.
«Pudimos profesionalizar el negocio, logrando importar directamente y negociar representaciones de marcas exclusivas. Hoy somos una pyme familiar en que todos estamos involucrados aportando lo mejor de cada uno», dice Julián.
Actualmente sus productos provienen desde China y Estados Unidos, «así como también tenemos socios locales que entienden nuestra propuesta de valor y trabajamos en conjunto para el desarrollo de ésta», añade Paulo.
Ambos explican que además su tarea es precisamente evitar que regalar un peluche sea algo común, si no que todo lo contrario. «Nos propusimos especializarnos en peluches gigantes entregando en un solo lugar una amplia variedad de modelos. No tan sólo tenemos osos, que es lo más común, sino también tenemos otros animales como tigres, jirafas, cocodrilos o elefantes», sostiene.
Y asegurando que sus clientes obtienen una atención personalizada. De hecho, cuando hacen los despachos en Santiago, son ellos mismos quienes hacen la entrega. En sentido, Julián comenta que se pueden coordinar en algunas ocasiones entregas de sorpresa en una fiesta de cumpleaños o algún lugar especial. «Además contamos con accesorios adicionales como globos o mensajes, que el cliente puede solicitar», añade.
En ese sentido, los hermanos recalcan que su idea no es sólo la venta de peluches, sino que intentan crear un momento especial para la persona que recibe este particular regalo. «Nosotros estamos conscientes que cada peluche gigante que entregamos es parte de una historia particular», comenta Julián
De hecho, ambos recuerdan la experiencia con un soldado chileno que estaba en Haití que los llamó desde allá para comprarle un peluche gigante a su hija, a la que no veía hace meses. «El momento de la entrega fue emocionante e imborrable», cuenta Paulo.
Más adelante esperan ofrecer otro tipo de regalos complementarios, por ejemplo flores naturales, chocolates y otros accesorios más innovadores, en respuesta al feedback que les entregan los clientes.