La radiación solar está causando graves efectos en la población de Chile. Así lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que entre el año 2010 y 2015 se registró un aumento de la tasa de casos de cáncer a la piel en Chile. En dicho periodo se registró un aumento de 20% de casos de cáncer a la piel en nuestro país.
La cifra sitúa a esta enfermedad como la tercera más común en su tipo en nuestro país y confirma que la incidencia del cáncer de piel ascendió a 25 casos por cada 100 mil habitantes, 5 casos más que los datos anteriormente recabados.
En las últimas semana, de acuerdo con los datos de la Universidad de Santiago, los índices de radiación UV en la ciudad de Santiago han estado en el nivel “muy alto” que representa un riesgo peligroso para la población.
Estos resultados van en línea con los entregados por la Dirección Meteorológica de Chile, que de acuerdo a su medición, los rangos han variado de altos a extremos los pasados días, especialmente aquellos en los que se sintió la ola de calor.
Para el día martes, la entidad prevé que el índice de radiación supere los 11 puntos, llegando a un nivel de riesgo “extremo”. Por ello es que -sumado al inicio de la temporada de playas y piscinas- el Instituto de salud Pública (ISP), llamó a la ciudadanía a utilizar todas las formas de protección solar.
“Los daños causados por la radiación solar son acumulativos, y los potenciales daños van desde quemaduras hasta envejecimiento prematuro y cáncer a la piel”, indicó Inés Carreño, Jefa de la Sección Cosméticos del ISP.
La especialista apunta que con el alto crecimiento en los índices del cáncer asociado a la radiación UV, además del uso de bloqueadores es importante conocer cómo debe realizarse una correcta aplicación.
“Debe ser aplicado en la cantidad suficiente para que proteja la piel adecuadamente, por lo cual se recomienda 1 cucharadita para cada extremidad, media cucharadita para el rostro, cuello completo y orejas. Esto significa que hay que aplicar aproximadamente 6 cucharaditas de té para el cuerpo completo y así ir cubriendo completamente todas las áreas expuestas, al menos 20 minutos antes de la exposición al sol”.
En la misma línea hay que considerar que el producto además debe aplicarse nuevamente cada 2 o 3 horas, sobre todo si se hace ejercicio, se transpira, o si se está en la playa y se está en contacto con arena o agua.
Sobre la elección, lo que se debe tener en cuenta según la especialista es que el protector debe tener la mayor cobertura posible sobre los distintos rangos de radiación, como los rayos UVA y UVB.
La autoridad destacó además que “las personas deben fijarse que el producto cuente con registro del ISP, el que puede estar en el envase primario o en la caja externa. El rótulo debe estar en español, señalando claramente el Factor de Protección Solar (FPS), el lapso de tiempo en que se debe re-aplicar el producto, su fórmula, el uso, la fecha de vencimiento y la advertencia que los niños pequeños no se deben exponer al sol”, añadió.
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