La tarde de este miércoles y en medio de una expectación periodística, la presidenta Michelle Bachelet realizó un cambio de gabinete, siendo los ministerios de Justicia, Bienes nacionales y Energía los afectados.
Javiera Blanco, en este caso, pasó a ser reemplazada por Jaime Campos, lo que selló un proceso compuesto por errores. Así fue del caso del ex ministro de Energía, Máximo Pacheco, quien fue cambiado por Andrés Rebolledo al presentar su renuncia con el fin de integrarse al grupo político de Ricardo Lagos; y, finalmente, Víctor Osorio, ex ministro de Bienes Nacionales, reemplazado por Nidia Palma.
Desde oposición las reacciones no se hicieron esperar, quienes apuntaron en que el cambio de gabinete no fue tal, sino que un «reajuste» que no transforma las «necesidades» que tienen ministerios como el de Justicia, según Hernán Larraín, presidente de UDI.
De igual manera, Juan Antonio Coloma, jefe de la bancada de diputados UDI, mencionó que «después de los escándalos y bochornos, uno hubiese querido al menos que fuese un cambio de gabinete profundo para marcar una diferencia, un antes y un después. Pero eso no ocurrió».
Además se agregaron los dichos de Lily Pérez, presidenta de Amplitud, quien al igual que el senador Larraín, calificó con «sabor a poco» e «irrelevante» los cambios en las carteras de Gobierno citadas.
«No tocó a ningún Ministro del gabinete político, es decir, la Presidenta ha guardado riguroso silencio frente al problema que tenemos de aquí al domingo 23, ya que no tocó a ningún ministro del gabinete político», dijo Pérez.
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