Colombia después del «no»: ¿Y ahora qué?
El idilio de los colombianos con el acuerdo firmado con las Farc ha durado menos de una semana, y el sueño de la paz ha quedado en el limbo por el resultado del plebiscito celebrado ayer, en el que la mayoría del electorado ha votado «no» a lo pactado con la guerrilla.
¿Por qué ganó el «No»?
–El odio a las Farc. La mitad de los colombianos guarda un fuerte resentimiento hacia aquellos que abrazaron la guerrilla como medio de vida y de expresión política. Una parte de colombianos mantuvo en reserva su postura pero ya en la intimidad del cubículo le ‘cobró’ a la guerrilla todo el daño causado. Esos a los que el uribismo llamaba “mayorías silenciosas” fueron los que inclinaron al final la balanza electoral.
-Entre los principales puntos para el voto en contra está el indulto a guerrilleros que cometieron crímenes de guerra, así como la apertura a los líderes guerrilleros a postularse a cargos públicos.
«¿Por qué un guerrillero va a recibir un subsidio de 1.300.000 pesos? (450 dólares) ¿Y yo qué? Yo gano 700.000 pesos (242 dólares) y nunca maté ni secuestré a nadie», era una de las frases más repetidas por gente de a pie en referencia a la ayuda económica que el gobierno le iba a entregar a los desmovilizados para que se reintegraran a la sociedad.
-El factor clima. Las fuertes lluvias, generadas por el paso del huracán Matthew, obstaculizaron el desarrollo de la jornada histórica en la Costa, punto del territorio colombiano que estaba a favor del acuerdo de paz.
-El factor Uribe. El plebiscito realizado ayer confirmó también que el ex presidente Álvaro Uribe sigue calando en la opinión pública colombiana, a pesar de haber tenido al gobierno y la comunidad internacional en contra.
-El éxito de la campaña del Sí. Liderada por el expresidente Uribe y el antiguo procurador Alejandro Ordoñez, esta facción de la derecha colombiana logró sembrar en una buena proporción del electorado sentimientos de miedo hacia el proceso. Acusando al acuerdo de atentar en contra de los valores más profundos de la familia y la infancia, por privilegiar los derechos de los homosexuales. Y cuestionando, punto por punto, lo acordado en La Habana.
-La impopularidad de Santos. Juan Manuel Santos se la jugó completamente por la paz, convirtió al proceso en su principal caballo de batalla y ha dedicado sus mayores esfuerzos a alcanzarla. Pero su gobierno es impopular y su coalición política se encuentra fragmentada. Y esa fragmentación pasó su cuenta de cobro en esta elección.
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