Beyoncé ahora es una de las artistas más importantes del pop a nivel mundial. Y a diferencia de colegas como Britney Spears, no hace playback. Sus shows demuestran poderío y simbolismo.
También lo hacen sus atuendos. Su estilismo está pensado para impactar en el escenario y fuera de él. Siempre lo hace con majestuosidad. No deja nada al azar. Y así la hemos podido ver en sus shows.
En los últimos VMA’S ella fue la reina. Todos los cantantes fueron objeto de burla, pero ella fue la única que logró impactar, como siempre, con su performance. Ya lo había hecho en el SuperBowl de este año, opacando incluso a la venerada banda Coldplay:
Sus apariciones no se limitan solamente a la ostentación en vano. Son pensadas para impactar. Para hacer pensar. En su séquito de los VMA’S invitó a todos aquellos que compartían el rasgo de la diversidad. Chantelle Winnie estuvo entre sus invitadas aquella noche. Y ella impactó al entrar con un outfit de plumas y al lado de su hija Blue Ivy.
Pero hace 16 años, Beyoncé apenas era una estrella en ciernes. Su nombre no era tan conocido, pero sí su grupo: Destiny’s Child. Estaban luchando por el estrellato antes de que en Latinoamérica las conociésemos por esta joya: Independent Women, soundtrack del remake de «Los Ángeles de Charlie».
También por «Survivor».
O por la conmovedora «Emotion», donde se veía todo el potencial vocal de Beyoncé.
Nunca fue rubia, como se puede ver en esta foto.
Tampoco tenía los dientes como antes. De hecho se los fue perfeccionando a medida que pasaron los años.
También las facciones de su rostro variaron.
Asimismo, su figura cambió en proporciones. En esta foto de alfombra roja se ve muchísimo más delgada que en los años actuales, como si estuviera tratando de adaptarse a un cánon.
Por supuesto, en esa época no era tan glamurosa como ahora. Así se le podía ver en los intermedios de sus presentaciones. Ahora es mucho más milimétrica en esa parte y no deja que le tomen una foto fuera de base. Luego de Destiny’s Child, se convirtió en una estrella que pasó de vestir las creaciones de su mamá a grandes firmas que adaptó para sí misma con un criterio único.