Uno de los mejores chefs del mundo desea enviar un fuerte mensaje en los Juegos Olímpicos de Río 2016: es mucha la comida que se desperdicia. Por lo que decidió empezar una campaña y regalará comida a los vagabundos.
Massimo Bottura es uno de los chefs italianos mejor posicionados en el mundo de la gastronomía. Ahora regalará sus exquisitas y exclusivas comidas gourmet a indigentes, que podrán comer hasta tres veces al día. «¿Quién iba a pensar que la comida hecha para lo mejor de la sociedad iba a ser servida para un grupo de personas sin hogar?», se pregunta Fagner Dos Santos, uno de los beneficiarios.
Con los sobrantes del catering Olímpico, Bottura creó el comedor gourmet Refettorio Grastomotiva, que ha estado sirviendo comidas desde el inicio de los juegos.
Día con día, en el comedor de la Villa Olímpica se servirán 60 mil comidas durante los juegos, que terminarán el próximo domingo 21 de agosto. Esto se traduce en cerca de 230 toneladas de alimentos cada día, los cuales van destinados a los atletas, entrenadores y en sí, para todos aquellos integrantes de las delegaciones y quienes tengan acceso al lugar.
«Este es un proyecto cultural, no una caridad. Queremos reconstruir la dignidad de las personas», comentó Massimo Bottura al sitio Macleans. Él es duerño de la Osteria Francescana de Módena, en Italia, restaurante premiado con un Michelin, distinción que lo posiciona como uno de los mejores del mundo.
Inspirado en el Papa Francisco
El chef italiano confesó que la idea surgió después de escuchar las palabras del Papa Francisco defendiendo a los pobres. Ya en 2015 tuvo una iniciativa similar en un teatro abandonado, durante la Feria Mundial de Milán. Su objetivo es educar a la gente sobre el desperdicio de alimentos, con el que se puede alimentar a las más de 800 millones de personas en el mundo que padecen hambre.
Todos ganan
A diferencia de los comedores comunitarios, este recinto contó con el diseño y apoyo de grandes artistas; como el fotógrafo francés JR y la artista brasileña Vik Muniz. El terreno fue donado por el gobierno de Río, además, los chefs que ayudan a preparar la comida son un grupo de estudiantes de la organización «Gastromotiva», escuela de cocina sin fines de lucro para jóvenes de las favelas.