La bajada en los últimos sondeos publicados en Estados Unidos en la preferencia de voto por Donald Trump ha llevado al candidato republicano a la presidencia a cambiar su equipo de campaña. Stephen Bannon y Kellyanne Conway se han sumado al trabajo ya realizado por Paul Manafort, el presidente de campaña de Trump, y por Roger Ailes, quien asesora al magnate de cara a los debates presidenciales de septiembre y octubre.
Ninguna de las personas que rodean a Trump ha estado excenta de polémicas.
Stephen Bannon, el nuevo jefe ejecutivo, es descrito por el medio estadounidense Bloomberg como «el operador político más peligroso de Estados Unidos». Hasta hace poco fue presidente ejecutivo del medio de ultraderecha conservadora populista llamado Breitbart News, compuesto por personas que consideran a Fox News, el medio republicano por excelencia, es demasiado políticamente correcto.
Siempre rodeado de personas cuya reputación es dudosa, como el líder del partido ultranacionalista británico Ukip, Nigel Farage, o como Phil Robinson, quien fue apartado de la cadena televisora A&E por hablar contra los gays, Bannon había estado a las sombras de la campaña presidencial. «Es una figura que aparece y desaparece en el complicado esquema político republicano», dice el artículo de Bloomberg publicado en octubre de 2015. Es descrito como un tipo hábil, fanático de Ronald Reagan pero experto en cambiar de bando y maquillar sus opiniones personales si es necesario. Ayudó, como jefe ejecutivo de la organización conservadora de investigación sin fines de lucro Goverment Accountability Institute, a lanzar la campaña para publicitar el documental «Clinton Cash», en el que se denuncia a los Clinton de haber recibido dineros extranjeros como de Kazajistán, y de su líder autoritario.
Bannon logró acuerdos con medios conservadores como Fox News y masivos como el The New York Times para promocionar tanto el documental como el libro, lo que le llevó a ser considerado como una de las 25 personas más influyentes para los medios de comunicación.
Kellyanne Conway, la nueva directora del equipo, ha causado polémica por sus dichos sobre el aborto y las violaciones. En 2013 hizo un llamado a los republicanos a «dejar de hablar sobre violaciones en campañas políticas», y sugiriendo que se refieran al hecho como «la palabra de cuatro letras» (rape, en inglés). La ultraconservadora ya trabajaba para la campaña de Donald Trump, aunque ahora ha pasado a ocupar un cargo muchísimo más importante.
Paul Manafort, por su parte, estuvo envuelto en la polémica por haber recibido pagos ilegales de parte de Viktor Yanukovich, el ex presidente de Ucrania, cosa que ha negado rotundamente. Pero según un artículo publicado el mismo lunes por Los Angeles Times, durante su dilatada carrera como asesor político ha trabajado con figuras como el ex dictador de Filipinas, Ferdinand Marcos, y el líder de la guerrilla angoleña Jonas Savimbi. Además, trabajó para la campaña presidencial de Ronald Reagan en 1984.
«Su experiencia guiando a hombres con voluntades fuertes y egos grandes y personalidades controladoras podría serle de gran ayuda en su trabajo como asesor de Donald Trump», apunta el artículo.
Trump, además, ya trabaja con Roger Ailes, fundador de Fox News, quien renunció a su cargo como gerente general de la compañía luego de haber sido acusado en julio pasado por una periodista de acoso sexual. Ailes ya ha trabajado como consultor mediático para las campañas de Richard Nixon, Ronald Reagan y George Bush padre. Ahora hace lo propio con Trump, pensando en los debates presidenciales de octubre y noviembre.
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